sábado, 30 de septiembre de 2017

MOMENTOS DIFÍCILES… DÍAS COMPLICADOS…

 

¡¡¡Siempre habrá momentos difíciles y días complicados en nuestra vida!!!


©  Nos da la impresión de que ciertas cosas simplemente no estaban destinadas a pasar y que algunos proyectos simplemente no estaban destinados a funcionar.

Ø  Siempre enfrentaremos decepciones, pero también recibiremos muchas bendiciones especiales.

Ø  Todo lo que se nos pide es que nos elevemos por encima de nuestros infortunios.


©  Deja que Dios te muestre nuevas maneras de encarar viejos problemas.


©  Deja que te ofrezca nuevos descubrimientos.


©  Deja que los días desplieguen ante ti nuevas posibilidades que hasta entonces desconocías, nuevos sueños que nunca soñaste, y que te regale las semillas de nuevas ideas que nunca sembraste.


©  Deja que Dios modere tus convicciones y te muestre todo lo que está oculto detrás de cada escena:

Ø  La profunda paz del cambio de estaciones,

Ø  La majestad de lo que significa tener y ser un amigo,

Ø  La alegría que se descubre al comprender que nunca es tarde para volver a empezar.


©  Deja que Dios brinde abundancia a tu alma y a tu corazón.


©  Deja que te ayude a alcanzar todo lo que deseas para ser todo lo que eres.


©  Se trata de una regla muy sencilla:

Ø  Cuanto más das, más recibes. Y cuanto más lo hagas, más te gustará hacerlo.


©  Eres una persona maravillosa que merece tener una bella vida.

Ø  Y si alguna vez sobreviene la dificultad, sé que puedes elevarte por encima de ella.

 

¡¡¡Con Dios todo es posible!!!

 

OSEAS 11:4

Con cuerdas humanas los atraje, con vínculos de amor.

Fui para ellos como los que ponen un bebé contra sus mejillas y me inclinaba hacia ellos para alimentarlos. (R.V.A.'15)


©  Recuerda que Él siempre te rodeará con sus cuerdas de amor, no estás es un vacío.

©  Eres la más maravillosa creación de Dios, y Él nunca abandona lo que ha creado con propósito.

 

EFESIOS 2:10A

Pues somos la obra maestra de Dios.

Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús. (N.T.V.)

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida, y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad


Juan Manuel Lamus O.

                 

viernes, 29 de septiembre de 2017

BUEN PASTOR 2

 

SALMO 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (R.V.A.'15)

SALMO 34:8-10 Prueben y vean que el Señor es bueno; ¡qué alegría para los que se refugian en Él! Teman al Señor, ustedes los de su pueblo santo, pues los que le temen tendrán todo lo que necesitan. Hasta los leones jóvenes y fuertes a veces pasan hambre, pero a los que confían en el Señor no les faltará ningún bien. (N.T.V.)


©  De cómo somos guiados, alentados, protegidos y provistos por nuestro Buen Pastor, Jesucristo.

Como nuestro Buen Pastor, el Señor cumple muchos roles. Ayer lo vimos como un pastor restaurador. Él es también un pastor proveedor: conoce nuestras necesidades aun antes de que le pidamos ayuda y se deleita en suplir esas carencias (Mateo 7:9-11).

©  Eso significa, en términos prácticos, que Él sabe lo que necesitamos física, emocional y espiritualmente.

 

Pero Dios no solamente nos da su provisión; Él es también un pastor protector, que nos defiende de los ataques. Notemos en el Salmo 23:4 qué es lo que alienta al escritor: la vara y el cayado del Señor. Los pastores de la antigüedad usaban estos dos implementos para defender a sus ovejas de animales feroces. Dios va delante de nosotros, quitando de nuestro camino las trampas del enemigo. Pero es importante notar lo que no dice el Salmo 23. Por mucho que queramos evitar los tiempos difíciles, este pasaje no nos dice que Dios nos conducirá alrededor del "valle de sombra de muerte" (Vs.4); por el contrario, nos conduce a través de él. Esto significa que el plan de Dios exige, por lo general, que pasemos por circunstancias dolorosas, enfrentando esas sombras y esos lugares oscuros en nuestras vidas. Sin embargo, en medio de nuestro difícil viaje, podemos mantenernos confiados si seguimos con nuestra mirada puesta en el Buen Pastor, Jesús, quien nos conduce a salvo al hogar Celestial.


©  ¿Ha experimentado usted la guía, el aliento, la protección y la provisión del Señor, para luego caer en la duda y en temor por alguna pérdida o adversidad?

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE EL SEÑOR JESÚS NO ME HA ABANDONADO; POR EL CONTRARIO, ÉL SIGUE SIENDO MI BUEN PASTOR, Y ME ESTÁ CONDUCIENDO EN MEDIO DE LA OSCURIDAD, PROVEYÉNDOME, PROTEGIÉNDOME, ALENTÁNDOME Y GUIÁNDOME A LUZ DONDE ÉL ESTÁ.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor mío, Jehová Rohi, el Señor es mi Buen Pastor (salmo 23:1-3). Mi amado Señor Jesús, Tú eres el Buen Pastor, el que protege, provee, dirige, guía y cuida a su pueblo. Sé que Tú nos cuidas tiernamente como un pastor poderoso y paciente, es por todo esto por lo que quiero darte gracias hoy, y decido estar atento a tu voz para escucharla y obedecerla, pues estoy seguro de que esta es la clave de mi éxito.  Sé que me instruyes y me enseñas el camino correcto y más conveniente para mí. Gracias mi Buen Pastor Jesús por tu amor y tu misericordia, porque los que has aplicado sobre mi vida, gracias por ser mi guía permanente que me lleva siempre y de la mano por el camino correcto. He orado en tu Poderoso Nombre, Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.

                 

jueves, 28 de septiembre de 2017

BUEN PASTOR

 

SALMO 23:1-3 El Señor es mi Pastor; tengo todo lo que necesito. En verdes prados me deja descansar; me conduce junto a arroyos tranquilos. Él renueva mis fuerzas. Me guía por sendas correctas, y así da honra a su Nombre. (N.T.V.)


©  El Buen Pastor, Jesús, junto a aguas de reposo me pastoreará, confortará mi alma (Vs.2,3 VRV).

Usted probablemente ha escuchado este pasaje innumerables veces, pero no importa con qué frecuencia sea recitado este salmo, parece como si algunas veces pasáramos desapercibido el alcance de su mensaje:

©  Dios restaura nuestra alma.

 

La manera en que lo hace es por medio de la comunión con Él. Aunque a veces nos apartamos de su senda, Él sigue siendo el Buen Pastor. Tenemos la tendencia a descarriarnos, pero Él vuelve a recibirnos gozosamente y siempre está dispuesto a perdonarnos.

1. Pero ¿por qué tendemos a apartarnos?

La realidad es que, probablemente usted nunca tomó la decisión consciente de olvidarse de Dios. Esto sucede, por lo general, como resultado de nuestros deseos de satisfacer nuestras aspiraciones personales. Cuando nos obstinamos por lograr bienestar y seguridad sin tener en cuenta a Dios, nos extraviamos más y más. El pasaje en Lucas 15:3-7 es una imagen maravillosa de la cálida recepción que espera a una "oveja" perdida.


2. Entonces ¿Castiga el Buen Pastor a la oveja descarriada?

Por el contrario, hace una celebración, porque lo que se había perdido ha sido encontrado. De manera semejante, el Cielo se regocija cuando un hijo de Dios descarriado vuelve al "redil". Al volver al Señor, es posible que usted experimente la disciplina Divina, pero como creyente, nunca incurrirá en su ira. Esa ira ya fue derramada sobre su Hijo Jesucristo, quien llevó el castigo por nosotros.


©  ¿Es usted una oveja perdida que está vagando lejos de su amoroso y Buen Pastor?

Deténgase y escuche su voz, y será conducido a salvo al hogar Celestial.

 

CONFESIÓN DE FE:

CONFÍO PLENAMENTE EN EL SEÑOR JESUCRISTO COMO MI BUEN PASTOR, QUIEN ME RECONFORTA CUANDO NO PUEDO HACERLO POR MÍ MISMO Y RESTAURA MI ALMA CUANDO ESCUCHO SU VOZ Y VUELVO A ÉL.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor nuestro, Jehová Rohi, Jesús mi Buen Pastor (Salmo 23). Mi Rey y mi Señor, tu nombre Dios mío, como Buen Pastor sugiere dirección, cuidado, intimidad y conocimiento de Ti, y estoy completamente convencido que una vez nosotros te reconocemos como nuestro Buen Pastor, nuestro Jehová Rohi, todas las promesas del Salmo 23 se volverán una realidad, se harán rhema, es decir una declaración de Dios para nuestra vida, en nuestro diario vivir, en nuestro diario caminar, sin importar si vamos por el valle o por la montaña, pues Tú, Señor Jesús, nos haces vivir confiados y restauras nuestra alma. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo, mi perfecto y Buen Pastor porque tienes buen cuidado de mí. Amén.


Juan Manuel Lamus O.

                  

miércoles, 27 de septiembre de 2017

ILEGÍTIMOS

 

HEBREOS 12:5-8 ¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo: "Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor y no te des por vencido cuando te corrige. Pues el Señor disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo". Al soportar esta disciplina Divina, recuerden que Dios los trata como a sus propios hijos. ¿Acaso alguien oyó hablar de un hijo que nunca fue disciplinado por su padre? Si Dios no los disciplina a ustedes como lo hace con todos sus hijos, quiere decir que ustedes no son verdaderamente sus hijos, sino ilegítimos. (N.T.V.)


©  De la disciplina del amor; es decir: Disciplina=Amor. Se podría decir, según el pasaje que estudiamos hoy, que un hijo que no es disciplinado es ilegítimo.

Los padres que aman a sus hijos los disciplinan; y aunque los motivos y los métodos sean correctos, a nadie le gusta el castigo. Sin embargo, con una perspectiva a largo plazo, recordamos que los beneficios de la disciplina sobrepasan con creces el malestar pasajero que produce.

 

El propósito de un padre al corregir a sus hijos debe ser criarlos en rectitud. Específicamente, hay un principio clave que todo hijo debería aprender:

©  Ya sea que todavía esté viviendo en su hogar o se haya independizado, toda persona es responsable de su vida delante de Dios, sus acciones y sus actitudes.

Teniendo esto presente, se puede ver que, para aplicar la disciplina correctamente hace falta perseverancia, esfuerzo y sabiduría por parte de los padres. Pero es un acto de amor abnegado e intencional. Igualmente, Dios disciplina a sus hijos. Aunque esta reorientación parece desagradable en el momento, nos ahorra muchas dificultades más tarde, además nos lleva al gozo y a una vida grata. Nuestra respuesta determinará si aprendimos la lección necesaria: podemos reaccionar con enojo, o podemos arrepentirnos y preguntarle a Dios qué quiere enseñarnos. Después de buscarle por medio de su Palabra, de la oración y del consejo de otros, debemos obedecer.

 

La sabiduría humana lleva a la perdición, pero afortunadamente, tenemos el cuidado, sin duda alguna, de nuestro Padre Celestial, quien nos redimió con la sangre de Jesús. Cuando nos dirigimos en la dirección equivocada, Él nos redirige con ternura, para que podamos conocer la plenitud de vivir de acuerdo con su plan.

 

CONFESIÓN DE FE:

PUEDO REACCIONAR CON ENOJO O PUEDO ARREPENTIRME Y PREGUNTARLE A DIOS QUÉ QUIERE ENSEÑARME POR MEDIO DE SU DISCIPLINA. SIN EMBARGO, DESPUÉS DE BUSCARLE POR MEDIO DE SU PALABRA, DE LA ORACIÓN Y DEL CONSEJO DE OTROS, TAMBIÉN SÉ QUE, POR MI PROPIO BIEN DEBO OBEDECERLE.

 

ORACIÓN:

Padre Amoroso, Jehová Mekaddesh, el Señor que nos Santifica (Levítico 20:8). Mi amado Dios, nos has dejado en claro que sólo Tú, no la ley, puedes limpiar a tu pueblo y hacerlo santo; y esto también por medio de la "Disciplina Divina", aquella que como un acto de amor aplicas en nosotros, los que Tú amas y los que te amamos y reconocemos como Padre Celestial. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo, pues Tú eres el más fiel y claro ejemplo de disciplina y amor aplicados en un solo acto, el de entregar Tu vida por nosotros los que habíamos cometido el error. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.

                 

martes, 26 de septiembre de 2017

PRIVILEGIADOS

 

1 JUAN 5:14,15 Y estamos seguros de que Él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada; y como sabemos que Él nos oye cuando le hacemos nuestras peticiones, también sabemos que nos dará lo que le pedimos. (N.T.V.)


©  La oración: Un privilegio extraordinario del creyente.

Una pregunta resuena en el corazón de casi todos los cristianos en algún momento de su vida:

©  Si Dios lo sabe todo acerca de mí, ¿por qué tengo que orar por mis necesidades?

El Señor tiene razones específicas por las cuales no utilizar su omnipotencia para responder a ciertos deseos y sufrimientos nuestros, a menos que le hablemos de ellos.

 

Dios nos anima a orar para crear una relación estrecha entre Él y nosotros. El Señor está interesado en mucho más que la satisfacción de nuestras necesidades; también quiere convertirse en nuestra fuente de fortaleza en cada prueba. Sabemos que para que una amistad crezca se requiere invertir tiempo. Las oraciones rápidas de tres minutos, aunque son valiosas e importantes para mantener un continuo olor de "incienso fragante" delante de Dios, no son suficientes para mantener una conexión personal con nuestro Padre celestial.


©  Santiago 1:17 dice. "Toda buena dádiva...desciende de lo alto".

El Señor quiere que le reconozcamos como la fuente de todas nuestras bendiciones. Dirigir nuestras oraciones a Dios y confiar en que serán respondidas de acuerdo con su voluntad y en su tiempo, fortalece nuestra conciencia de que, sin Él, no podemos lograr nada. En la vida cristiana, nuestra dependencia de Dios crece en proporción directa a nuestra madurez espiritual. Ese concepto va en contra de nuestra naturaleza y cultura, que valoran la independencia por encima de todo lo demás. Somos privilegiados de pertenecer a un Dios que desea tener una relación de Padre-hijo con nosotros. Él puede, desde luego, satisfacer nuestras necesidades sin una sola palabra de nuestra parte, pero entonces nunca conoceríamos la maravilla de pedir y recibir por amor.

 

CONFESIÓN DE FE:

SE QUE SOY UN PRIVILEGIADO AL PODER ENTRAR EN LA PRESENCIA DE DIOS, POR MEDIO DE LA ORACIÓN, SIN NINGUNA CONDICIÓN. Y PUEDO, ADEMÁS, TENER LA SEGURIDAD DE QUE ÉL ME ESCUCHA Y ME BENDICE EN ABUNDANCIA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Dios Altísimo, El Elyon (Hechos 16:17), Elohay Marom (Miqueas 6:6), Dios supremo en poder y posición. Mi amado Rey, Señor y Salvador Jesucristo, hoy vengo a darte gracias por darme la oportunidad y el privilegio de entrar ante tu gran trono confiadamente, sin condiciones, con hambre y sed espiritual y la seguridad de que me escuchas, que estás atento a mi súplica. Puedo orar hoy con confianza en el Nombre de Jesús, con la convicción del poder de su Nombre y que será de bendición, no solo para mí, sino además para el servicio que presto a la humanidad. Te pido que me ayudes a cambiar la palabrería sin sentido, por comunicación efectiva contigo, es decir oración. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por el estilo de vida de oración que Tú nos has modelado y por lo privilegiado que me has hecho al permitirme la comunión permanente contigo. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.

                 

lunes, 25 de septiembre de 2017

NUESTRO PADRE

 

EFESIOS 2:4-10 Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es solo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!) Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con Él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús. De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús. Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás. (N.T.V.)


©  Dios es nuestro Padre Celestial.

De los muchos nombres de Dios en la Biblia, uno es especialmente consolador para mí en los momentos difíciles.

¡¡¡Qué maravilloso privilegio tenemos de poder llamarlo nuestro Padre Celestial!!!

 

Ahora bien, sé que, en la cultura de hoy, las relaciones familiares muchas veces no reflejan el corazón de Dios. Muchos padres son distantes, desatentos o crueles con sus hijos. Si esta fue su experiencia, puede resultarle difícil comprender el amor incondicional del Padre Celestial.

Pero veamos lo que significa ser adoptados por Él y el privilegio de llamarle "Padre":

1. Somos de Él. Encontramos mucha confianza y sentido de valía en esta verdad, pues la conciencia de que le pertenecemos llena una necesidad muy profunda que tenemos.

2. Nuestro Dios quiere relacionarse estrechamente con nosotros. Debemos ser sinceros al orar, porque el Señor nos acepta tal como somos. Por su amor, el Señor responde revelándose a sí mismo a nosotros de muchas maneras y da palabras de vida, de paz y de gozo a nuestros corazones.

3. Cristo nos ha prometido su eterna Presencia. Después que fuimos salvos, nada puede separarnos de Él; ningún pecado es tan grande y ninguna maldad tan poderosa.

 

Por causa del pecado, merecíamos la separación de nuestro Creador, pero, por su gran amor, Dios nos redimió y adoptó en su familia. Ahora somos sus hijos y podemos gozarnos en su aceptación incondicional y en su presencia eterna.

 

CONFESIÓN DE FE:

NO IMPORTA LA CLASE DE PADRE TERRENAL QUE HAYAMOS TENIDO, PODEMOS CONTAR CON EL CUIDADO DE NUESTRO PADRE CELESTIAL. AHORA SOY DE LA FAMILIA DE DIOS Y ÉL ES MI PADRE.

 

ORACIÓN:

Padre Nuestro que estás en los cielos, Elohim, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo (Génesis 1:1). Dios Todopoderoso, sé que te puedo llamar "Abba Padre" lo que es Papito lindo, amoroso, cuidadoso y misericordioso, pues Tú me has adoptado, por medio de Jesucristo, como uno de tus preciados hijos. Hoy quiero darte gracias por esa gran oportunidad de ser parte de tu privilegiada y maravillosa familia. Sin embargo, clamo a Ti para que la revelación de hijo tuyo venga a mí permanentemente, que se arraigue en mi corazón la verdad de que Tú me amas, me escuchas, me provees, me guías, me proteges, me disciplinas y especialmente permaneces y estás conmigo a donde quiera que yo vaya. Gracias Abba Padre. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


 Juan Manuel Lamus O.