jueves, 16 de marzo de 2023

KOINONÍA, PAZ Y ARMONÍA

 

ROMANOS 12:17-21 A nadie devuelvan mal por mal. Esfuércense en hacer el bien ante cualquiera. En cuanto de ustedes dependa, hagan lo posible por vivir en paz con todo el mundo. Y no se tomen la justicia por propia mano, queridos míos; dejen que sea Dios quien castigue, según dice la Escritura: "A mí me corresponde castigar; Yo daré a cada cual su merecido", dice el Señor. A ti, en cambio, te dice: "Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Así harás que su cara le arda de vergüenza." No permitas que te venza el mal, antes bien, vence al mal a fuerza de bien. (BLPH)

 

De la importancia de la koinonía para vivir en paz y armonía con nuestros semejantes.

Las relaciones son una de las mayores fuentes de alegría, a pesar de ello, también pueden conducir a algunas de las pruebas más grandes. Seamos sinceros, nunca podremos llevarnos bien con todo el mundo, porque vivimos en un mundo imperfecto. Cada ser humano ha sido afectado por el pecado y llega a este mundo como pecador. Además, el hecho de que seamos cristianos es una razón de conflicto: Cristo dice que el mundo nos aborrecerá porque somos suyos (Juan 15:18-20).

 

A pesar de estos obstáculos, debemos tratar de estar en paz con todos. Lo cual significa que debemos tratar de resolver los conflictos y hacer lo posible para vivir en paz y armonía, y para eso debemos desarrollar la koinonía.

La Biblia nos da las siguientes pautas:

1.     Nunca pagar mal por mal o vengarse (Vs.17,19).

2.    Vencer el mal con el bien (Vs.21).

3.    Amar a nuestros enemigos y orar por ellos (Lucas 6:27,28).

4.   Practicar el perdón con frecuencia (Mateo 18:21,22).

 

Todos estos principios bíblicos van en contra de nuestra naturaleza; por eso, la única manera de practicarlos con éxito es mediante el poder y la gracia de Jesucristo. Sin embargo, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, la paz y la armonía no siempre son posibles. Cuando nuestros intentos de acercamiento son rechazados una y otra vez, ponerles fin a tales intentos puede ser lo apropiado. O si la armonía solo es posible si desobedecemos la Palabra de Dios, debemos negarnos a transigir. Dios es el único que puede cambiar el corazón de alguien que se niega a la reconciliación.

¡No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal!

 

Como hermanos en Cristo estamos llamados a vivir en koinonía, es decir…

¡¡¡Vivir como Cristo nos lo recomienda y ordena,

en una misma fe, en paz y en comunión fraternal y armoniosa!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

MI RESPONSABILIDAD, PARA VIVIR EN PAZ Y ARMONÍA, ES PERSONIFICAR A CRISTO A CADA PERSONA EN LOS CONFLICTOS, CON MIS PALABRAS, ACTITUDES Y COMPORTAMIENTOS. LA TAREA DEL SEÑOR ES PRODUCIR EL FRUTO A TRAVÉS DE LA KOINONÍA.

 

ORACIÓN:

Padre Santo y Amoroso, Elohim Chasdi, Dios de mi Amabilidad (Salmo 51:18). Mi amado Señor Jesucristo, Dios y Rey del universo, sé que Tú eres amoroso y amable y trabajas para hacernos amables, es decir que amemos y podamos ser amados, que desarrollemos la koinonía, por eso hoy vengo a tu Presencia clamando: ayúdame a vencer mi orgullo y el egoísmo de manera que pueda establecer buenas relaciones interpersonales y en todas las áreas de mi vida, con el fin de lograr paz y armonía con mis semejantes, ser productivo y alcanzar la felicidad relativa que esto me pueda brindar. Gracias Padre Santo y Poderoso, gracias Espíritu Santo por redargüirme y brindarme dirección, paz, armonía y consuelo en el trato con los demás. He orado en el Poderoso nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri