lunes, 18 de septiembre de 2017

SIEMBRA

 

SANTIAGO 3:13…17,18 Si ustedes son sabios y entienden los caminos de Dios, demuéstrenlo viviendo una vida honesta y haciendo buenas acciones con la humildad que proviene de la sabiduría… Sin embargo, la sabiduría que proviene del Cielo es, ante todo, pura y también ama la paz; siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Está llena de compasión y de buenas acciones. No muestra favoritismo y siempre es sincera. Y los que procuran la paz sembrarán semillas de paz y recogerán una cosecha de justicia. (N.T.V.)


©  El principio de siembra y cosecha. De cómo sembrar para el espíritu.

En todas nuestras decisiones diarias, o "sembramos para la carne" o "sembramos para el Espíritu" (Gálatas 6:8). Con nuestras acciones plantamos las semillas que:

Ø  Afectan la clase de persona en que nos estamos convirtiendo.

Ø  Y el grado de influencia que tendrán para el Reino de Dios nuestras vidas.

 

"La carne" es la parte de nosotros que quiere vivir independientemente del Señor. Como seres humanos, todos tenemos que lidiar con la atracción de esta actitud; no la perdemos de forma automática cuando somos salvos. Sin embargo, el Espíritu Santo nos libera de la esclavitud a la carne, pues Él realiza en nosotros una transformación para que podamos comenzar a vivir de acuerdo con la verdad. Las decisiones que tomamos contribuyen al proceso de transformación y, cuando están en consonancia con la obra del Espíritu Santo, plantan la buena semilla que produce nuevo crecimiento.

 

Cuando estamos sembrando para el espíritu, estamos aceptando la verdad de Dios en nuestro corazón y nuestra mente. Después comenzaremos a experimentar la vida eterna, que viene de conocer verdaderamente al Señor (Juan 17:3). El fruto del espíritu crece de manera natural a partir de estas semillas de verdad Divina, e influencia cada aspecto de nuestra vida. Cuando se alimenta el espíritu con las cosas de Dios, se volverá más fuerte, más semejante a Cristo y más lleno de la vida de Él en nuestros pensamientos y acciones.


©  ¿Está usted alimentando su espíritu y la fuente de su vida, o la parte que quiere actuar independientemente de Dios?

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARÉ SEMBRAR EN MIS DECISIONES SEMILLAS QUE ME HAGAN CREER, TRANSFORMANDO MI VIDA Y DEJANDO QUE FLUYAN DE MI, RÍOS DE AGUA VIVA PARA ALIMENTAR A OTROS. (JUAN 7:37-39)

 

ORACIÓN:

Espíritu Santo de Dios, Elohim HaRuchot LeKol Basar, Dios de los espíritus de toda carne (Números 16:22). Dios mío,  nos ha creado con dimensiones físicas y espirituales, y clamas soberanía sobre cuerpo y alma, carne y espíritu. Es por esto por lo que hoy quiero y decido sembrar para el espíritu y no para la carne. Gracias por el Amor-Hijo hecho carne, por el Espíritu que nos cubre, envuelve y alimenta con tu Verdad a cada instante. Humilde y rendido ante tu Presencia recibo con fe lo que en mis manos pones, acepto lo que debes darme y es así en mí, tu Voluntad, ahora y siempre. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por alimentar mi vida con tu Verdad que transforma. Amén.


Juan Manuel Lamus O.