viernes, 2 de septiembre de 2016

COMPAÑÍA

 

GÉNESIS 39:1-5 Llevado José a Egipto, Potifar, un hombre egipcio, funcionario del faraón y capitán de la guardia, lo compró de mano de los ismaelitas que lo habían llevado allá. Pero el Señor estuvo con José, y el hombre tuvo éxito. Él estaba en la casa de su señor, el egipcio, quien vio que el Señor estaba con él y que todo lo que él hacía, el Señor lo hacía prosperar en su mano. Así halló José gracia ante los ojos de Potifar y le servía. Potifar le puso a cargo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía. Y sucedió que desde que lo puso a cargo de su casa y de todo lo que tenía, el Señor bendijo la casa del egipcio por causa de José. Y la bendición del Señor estaba sobre todo lo que tenía, tanto en la casa como en el campo. (R.V.A.'15)


©  La compañía de Dios en las pruebas hace que nuestros malos momentos sean de bendición para nuestras vidas y las de quienes nos rodean. (Leer todo Génesis 39)

 

La vida de José enseña principios importantes en cuanto a los tiempos difíciles.

He aquí tres que podemos aprender:

1. Las dificultades continuarán hasta que el propósito de Dios se cumpla. 

En el caso de José, el plan de Dios era prepararlo para que salvara a su familia y también a Egipto de la hambruna. Con el fin de preparar a José para una posición de autoridad y responsabilidad, Dios lo puso en una casa importante de Egipto como esclavo. Allí, en circunstancias difíciles, José pudo aprender lecciones que necesitaría para el futuro. No solo adquirió capacidades valiosas, sino que también su fe y su relación con el Señor se fortalecieron. Dios sigue actuando de la misma manera, de modo que estemos preparados para realizar el trabajo que Él ha previsto para nosotros (Efesios 2:10).

2. Aprendemos más en la oscuridad que en la luz. 

Además de descubrir la fidelidad del Señor, José aprendió a discernir la Presencia de Dios, rechazar la tentación y aceptar cualquier posición, ya fuera distinguida o humilde. Las lecciones y los preceptos bíblicos se vuelven "nuestros" solo después de que se hacen reales en nuestras vidas.

3. Lo que aprendemos en la oscuridad debemos compartirlo en la luz. 

José compartió abiertamente su fe y su conocimiento de Dios cuando interpretó los sueños de Faraón (Génesis 41:15,16). No dejó que su encarcelamiento le impidiera ayudar a los demás (Génesis 40:1-23). Lo que aprendemos en nuestras pruebas, debemos ofrecerlo a quienes estén sufriendo.

 

Nadie está buscando adversidades, pero los tiempos difíciles parecen encontrarnos con bastante frecuencia, así que con la compañía de Dios debemos aprovecharlos.

 

CONFESIÓN DE FE:

EN VEZ DE TEMER A LAS CIRCUNSTANCIAS DIFÍCILES, SÉ QUE PUEDO CONFIAR EN DIOS Y ADOPTAR SU PLAN, SABIENDO QUE ÉL USA LAS PRUEBAS PARA SU GLORIA Y MI BENEFICIO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Mauzi, Dios de mi Fortaleza (salmo 27:1). Mi amado Rey y Señor, hoy te doy gracias por los problemas y dificultades que se me presentan cada día, pues son retos y oportunidades que me sirven de entrenamiento para enfrentar las pruebas de la vida, tomar decisiones y resolver problemas, capacitándome para desenvolverme mejor, y de una forma u otra ser de influencia en la vida de quienes me rodean. Mi Señor, además de la paz y de la fuerza para revivir, te pido que me hables en lo más íntimo de mi corazón, para conocer tu voluntad y cumplirla con tu Gracia. Solo viviendo conforme a tu voluntad, tendré fuerza para superar los problemas, y paz para gustar la vida que Tú me diste por amor. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.