PROCESO
1 CORINTIOS 10:12,13 Si ustedes piensan que están firmes, tengan cuidado de no caer. Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, Él les mostrará una salida, para que puedan resistir. (N.T.V.)
© De cómo interrumpir el proceso en momentos de tentación.
Muchas personas confunden erróneamente la tentación con el pecado. Si queremos vivir en victoria, debemos aprender a distinguir uno del otro.
Por ejemplo, es importante comprender que la tentación a pecar no significa necesariamente que el acto del pecado tiene que venir después. Más bien, la tentación implica un proceso por medio del cual nuestro corazón, nuestra mente y nuestro cuerpo se preparan para que se produzca la conducta pecaminosa. Interrumpir este proceso puede detener totalmente la tentación que está en desarrollo.
Evolución progresiva del pecado:
1. Mirada. Comienza con algo tan simple como una mirada.
© ¿No fue así como comenzó todo con el pecado de David con Betsabé, en 2 Samuel 11:1-5?
La tentación se introdujo en su pensamiento por medio de sus ojos, y después comenzó a alimentar su deseo.
2. Decisión. Después que la imagen está en nuestra mente, tomamos una decisión:
© ¿Voy a seguir o no con este deseo?
Cuando estos pensamientos empiezan a rodar en nuestra cabeza, comenzamos a fantasear y después a desarrollar un deseo muy grande por lo que vimos.
3. Búsqueda. Después vienen la decisión y la búsqueda, y hacemos lo que sea necesario para lograr nuestro objetivo.
4. Acción. Por último, este proceso culmina con la acción pecaminosa.
El pecado no ocurre de inmediato; es el resultado de un proceso. Esto significa que usted tiene la capacidad de detener el impulso. Pídale al Señor discernimiento para percatarse de estos pasos cuando se produzcan, y así ponerle fin a la cadena pecaminosa, antes de que sea demasiado tarde.
CONFESIÓN DE FE:
ESTARÉ ATENTO Y APERCIBIDO PARA LOGRAR DISCERNIR EL MOMENTO EN QUE LA TENTACIÓN COMIENZA EL PROCESO PECAMINOSO, PARA INTERRUMPIR LA EVOLUCIÓN PROGRESIVA QUE ME LLEVA A PECAR.
ORACIÓN:
Espíritu Santo de Dios, mi Parákletos, Consolador, Ayudador y Defensor (Juan 14:26). Dios mío, Espíritu Santo, se que Tu eres mi defensor, cuya función incluye animar, fortalecer y sostener al pueblo de Dios. Es por eso, que siendo parte de ese pueblo, vengo a tu presencia implorando fortaleza y discernimiento en los momentos de tentación, para lograr con tu ayuda y protección interrumpir ese proceso que me lleva a la acción de pecar casi indefectiblemente. Gracias Espíritu Santo porque sé que de tu mano es prácticamente la única forma de vencer a toda tentación, pues Tú prometes en la Palabra que me darás la salida. Amén.
Juan Manuel Lamus O.