miércoles, 19 de mayo de 2021

DEMANDAS

 

ROMANOS 6:22,23 Pero ahora, libres del pecado y hechos siervos de Dios, tienen como su recompensa la santificación y, al fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte; pero el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. (RVA'15)

 

De las demandas de la fe: escuchar, obedecer y aplicar.

En el momento que confiamos en Jesús como Señor y Salvador, iniciamos una vida de fe. Es decir, vivimos con la seguridad de que Dios es quien dice ser y que hará todo lo que promete, sin embargo, la salvación es instantánea, pero se necesita toda una vida para aprender y comprender lo que eso implica.

 

En cuanto somos salvos, Dios comienza el proceso de santificación,

enseñándonos a ser como Él, pero es un proceso, ya que…

¡¡¡Toma tiempo aprender a andar por fe, confiando en lo que no podemos ver!!!

 

Aun cuando el Espíritu de Dios vive en nosotros, luchamos con nuestra carne. Si bien deseamos hacer lo que Dios dice y ver lo que Él ve, flaqueamos debido a nuestra naturaleza pecaminosa y luchamos con nuestras propias fuerzas, de acuerdo con nuestro razonamiento. De manera que, debemos decidir cada día seguir la dirección de Dios. Una de las cosas más importantes para madurar en la fe es aprender a escuchar a nuestro Padre celestial. Sin embargo, puesto que hacerlo no es una tendencia natural, es necesaria la disciplina, entonces lo mejor es fijar una hora específica cada día para leer con juicio y meditar en la Palabra de Dios, y luego espere con ansias que Jesús le hable, y escuche lo que Él le diga. Escriba notas en su Biblia, o en un cuaderno destinado para su estudio, asentando la fecha y lo que el Señor le ha inspirado. Pero lo más importante que Dios demanda para realmente andar por fe, es que después, aplique la verdad bíblica que ha aprendido y observe los resultados.

 

Escuchar la voz de Dios y estar en armonía con su Espíritu es vital para andar por fe. Pero estas cosas no ocurren por casualidad, requieren persistencia. Al igual que con el ejercicio físico, cuanto más fortalecemos nuestros "músculos" espirituales, más natural será en nosotros el proceso.

 

CONFESIÓN DE FE:

TENGO QUE AFINAR MIS OÍDOS ESPIRITUALES, RECORDANDO SIEMPRE QUE PUEDO ANDAR POR FE AL ESTAR DE ACUERDO CON SU PALABRA, COMO ÉL LO DEMANDA, ASÍ QUE LO OIRÉ, OBEDECERÉ SUS INSTRUCCIONES Y APLICARÉ SUS ENSEÑANZAS EN MI DIARIO VIVIR.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Elohay, Dios de dioses, Señor Jesús, Adonai, Rey de reyes y Señor de señores (Deuteronomio 10:17). Mi amado Dios y Señor Tú eres el Amo Supremo, el Rey, el Señor por sobre todos los poderes y autoridades que existen en el universo. Gracias quiero darte hoy especialmente por tu Palabra, aquella que has dejado como manual de vida para nosotros tus seguidores, sin embargo quiero pedirte que me hables más, por medio de cualquiera de los recursos que Tú has dispuesto para ello, de manera que yo pueda, cada día más, afinar mis oídos para que se hagan sensibles a tu melodiosa y maravillosa voz, y que sea lo suficientemente obediente para poner en práctica tus instrucciones y responder positivamente a tus demandas: Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por modelarme la obediencia en la aplicación de la Palabra que recibiste de parte del Padre Celestial; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri