jueves, 18 de mayo de 2017

EL CIELO

 

APOCALIPSIS 21:1-6 Entonces vi un Cielo nuevo y una Tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y también el mar. Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde la Presencia de Dios, como una novia hermosamente vestida para su esposo. Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: "¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más". Y el que estaba sentado en el Trono dijo: "¡Miren, hago nuevas todas las cosas!". Entonces me dijo: "Escribe esto, porque lo que te digo es verdadero y digno de confianza". También dijo: "¡Todo ha terminado! Yo Soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. A todo el que tenga sed, Yo le daré a beber gratuitamente de los manantiales del agua de la vida". (N.T.V.)


©  El Cielo: Nuestro Hogar Eterno.

Una persona sabia se preparará para lo inevitable. Y lo más inevitable en el mundo es nuestro fallecimiento físico, pues no fuimos creados para vivir para siempre en nuestros cuerpos terrenales; somos seres espirituales eternos, con propósitos eternos. Con un resultado tan seguro, sería sabio pasar el tiempo en la Tierra preparándonos para el futuro en la eternidad.


©  ¿Ha puesto usted su fe en Jesucristo como su Salvador?

Si es así, entonces puede estar seguro de que pasará la eternidad con Él en el Cielo. Sin embargo, ¿qué haremos cuando lleguemos allá? A pesar de las descripciones habituales de la vida venidera, no estaremos sentados en las nubes tocando arpas, pues nos aguarda un futuro emocionante:

1. Alabaremos a Dios. Si usted estuvo alguna vez enamorado apasionadamente de alguien, probablemente recordará lo difícil que le era pensar en alguna otra cosa. En cierto modo, así es como veremos a Dios en el Cielo, como nuestra máxima fuente de amor y compañía. Nuestra relación con Él superará cualquier "sentimiento" de amor que hayamos experimentado jamás. Mucho más que un simple sentimiento, será el fruto de una unión totalmente perfecta con nuestro Padre Celestial.

2. Brillaremos para Dios. En el Cielo, las limitaciones terrenales serán eliminadas, permitiendo que la Gloria de Dios brille en cada creyente (Mateo 13:43).

3. Reinaremos con Dios. ¿Entiende cuán valioso es usted para su Creador? La Palabra nos dice que no solo somos hijos de Dios, sino también coherederos con Cristo (Romanos 8:16,17). Esto significa que seremos parte de todo lo que el Padre ha designado para su Hijo.

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY CONVENCIDO QUE EL CIELO ES UNA REALIDAD, Y EN JUAN 14:6, JESÚS DIJO QUE SOLAMENTE HAY UNA MANERA DE LLEGAR ALLÁ: POR MEDIO DE ÉL, ES POR ESO QUE LO RECONOZCO COMO MI ÚNICO SEÑOR Y SALVADOR.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Yishi, Dios de mi Salvación (Isaías 12:2). Señor Jesús, yo sé que la salvación está en una persona, en Ti, no en un sistema de creencias o de buenas obras, y también sé que la naturaleza y voluntad de Dios Padre es salvar lo que se había perdido, y la salvación debe ser personal, es por eso que yo puedo decir que Tú, el Todopoderoso, eres el Dios de mi salvación. Gracias mi amado Señor, pues sólo por medio tuyo llegaré seguro a mi destino eterno, el hogar maravilloso que has preparado, para los que en Ti creemos, en el Cielo, y allí alabaré, brillaré y reinaré contigo. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por ser el Dios de mi salvación, gracias por prepararme un hogar eterno en el Cielo. Amén.


Juan Manuel Lamus O.