jueves, 8 de junio de 2017

FALLAS 2

 

2 TIMOTEO 1:7,8 Porque no es un espíritu de cobardía el que Dios nos otorgó, sino de fortaleza, amor y dominio de nosotros mismos. Así que no te avergüences de dar la cara por nuestro Señor y por mí, su prisionero; al contrario, sostenido por la fuerza de Dios, sufre juntamente conmigo por la propagación del mensaje evangélico. (B.L.P.H.)


©  De cómo sobrevivir ante un fracaso.

Cuando usted escucha la frase "fracaso espiritual", ¿qué le viene a la mente?

Si es como la mayoría de la gente, la expresión le despierta pensamientos desagradables del andar de fe. Sin embargo, por mucho que lo intentemos, simplemente no podemos o no podremos pasar por esta vida sin fallar de vez en cuando.

 

Lo más preocupante para los cristianos, son los casos cuando dejamos que otros factores interfieran en lo que sabemos que Dios nos está diciendo.

©  ¿Puede usted recordar la vez que supo que el Señor quería que hiciera algo, pero por alguna razón decidió hacer otra cosa?

Cuando desobedecemos al Padre Celestial, podemos tener la seguridad de que hemos tenido un fracaso espiritual. Una de las razones principales de los deslices espirituales es el temor. Ahora bien, no debemos temer a perder la salvación, una vez que estamos seguros en Cristo. De lo que estoy hablando aquí, es del miedo al fracaso, simplemente, no queremos postrarnos sobre nuestros rostros por el reto que Dios pone delante de nosotros, por tanto, en vez de enfrentar el llamado, corremos y nos escondemos. Estamos convencidos de que es mejor no intentarlo y fracasar.

©  ¿Es esa la actitud que Dios quiere? ¡Claro que no!

Según el pasaje que estudiamos hoy, podemos ver que nuestro Padre Celestial no nos ha dado un espíritu de temor. Él quiere que haya audacia y sinceridad en nuestra fe. No se incline ante el ídolo del miedo. El Dios que le llamó es suficientemente poderoso para protegerlo. Cada vez que Él le asigne una tarea, puede tener la seguridad de que le dará las fuerzas para realizarla.

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO QUE DIOS ME HA DADO UN ESPÍRITU DE VALIENTE Y ESFORZADO, Y NO DE TEMOR Y COBARDÍA. ASÍ QUE NO PERMITIRÉ QUE EL TEMOR ME ROBE LAS BENDICIONES QUE ÉL HA DETERMINADO PARA MÍ, Y TAMPOCO QUE ME PARALICE EN EL LLAMADO A LA TAREA EVANGÉLICA.

 

ORACIÓN:

Padre Santo y Todopoderoso, el Shaddai, Dios el Todo Suficiente (Génesis 17:1). Mi amado Rey y Señor Jesucristo, sé que eres el Dios que todo lo puede, el Dios de los imposibles. Por esta razón y el testimonio de tu presencia en mi vida, trabajando en pos de los propósitos que has deparado para mí, yo confío plenamente en tu protección, en tu sabiduría, en tu misericordia y especialmente en tu amor incondicional, ya que han sido tan evidentes en mi diario vivir. Tú eres mi castillo y mi fortaleza, así que estoy convencido, que el temor no tiene parte conmigo ni hará mella en mi vida, pues de tu mano lo venceré para cumplir con la tarea que me has encomendado, pues Tú me has hecho valiente y esforzado y me das las fuerzas para lograrlo, para que haya audacia y sinceridad en mi fe. Gracias mi Señor y Salvador Jesús por ayudarme en mis fallas y debilidades, convirtiéndolas en denuedo y fortalezas. Amén.


Juan Manuel Lamus O.