lunes, 3 de septiembre de 2018

¿A SOLAS?

 

SALMO 88:8,9...13 Alejaste a mis amigos al hacerme repulsivo para ellos. Estoy atrapado y no hay forma de escapar. Los ojos se me cegaron de tantas lágrimas. Cada día suplico tu ayuda, oh Señor; levanto a ti mis manos para pedir misericordia... Oh Señor, a ti clamo; seguiré rogando día tras día. (NTV)

 

♥ Del sufrimiento a solas.

♥ ¿Alguna vez estuvo usted en medio de una crisis personal, y sintió que sus amigos habían desaparecido? Aunque los perdonó por abandonarle en un tiempo de necesidad, es posible que ellos todavía no hayan vuelto para ofrecerle ayuda. En situaciones como ésta, es importante recordar a Aquel que promete estar con nosotros todo el tiempo.

 

Cuando Pablo estaba sufriendo por su "aguijón en la carne", el Señor le dijo: 

♥ "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad"(2 Corintios 12:7-9). 

En otras palabras, le estaba diciendo al apóstol: "Yo cuidaré de ti".

En nuestros momentos más difíciles, cuando no nos queda nada, podemos encontrar fuerzas en Dios. Él no tiene una reserva limitada de gracia y ayuda, tenemos exactamente lo que necesitamos cuando nos hace falta. Nuestro Padre ha dicho: 

♥ "Nunca te desampararé, ni te dejaré" (Hebreos 13:5). 

Y Él no tiene ninguna intención de romper esa promesa. Puede ser que nunca sepamos por qué el Señor permitió que nuestros amigos nos abandonaran cuando los necesitábamos. Pudo haber estado tratando de enseñarnos a confiar en Él. A veces, la única manera como podemos aprender a apoyarnos en Dios, es descubrir que todas las demás ayudas han desaparecido. En algún momento, todos experimentaremos el dolor del abandono. Pero una cosa es cierta: el Señor Jesús estará a nuestro lado para fortalecernos y proveer en nuestro tiempo de necesidad. Un día, tendremos el privilegio de mirar atrás y ver cómo Él demostró su fidelidad una y otra vez.

 

CONFESIÓN DE FE:

AUNQUE ME SIENTA SOLO, SÉ QUE JAMÁS LO ESTOY, MI DIOS SIEMPRE ESTARÁ ACOMPAÑÁNDOME, DIRIGIÉNDOME Y PROTEGIÉNDOME; LIBRÁNDOME DEL ABATIMIENTO EN LA MEDIDA QUE LO BUSCO Y LO DEJO ACTUAR EN MI VIDA.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, El HaMakom, Dios Omnipresente (Salmo 139:1-18). Mi amado Rey y Señor, hoy quiero darte gracias por tu Presencia permanente en mi vida, Señor, Tú me has examinado y sabes todo de mí, cuándo me siento y cuándo me levanto; aunque me sienta lejos de Ti, Tú conoces cada uno de mis pensamientos. Sabes para dónde voy y en dónde me acuesto, todo lo que hago y lo que voy a decir aun antes de que las palabras salgan de mi boca. Tú siempre estás a mi alrededor, delante y detrás de mí; siento tu mano sobre mí. Tu Espíritu me acompaña a todas partes; no puedo escapar de tu Presencia. Si subiera al cielo, allí estarías; si bajara a las profundidades de la tierra, allí estarías. Si fuera al oriente donde nace el sol, allí estarías; o al occidente, al fin de los mares, allí estarías, me tomarías de la mano y me conducirías; tu fuerte mano derecha me ayudaría. Gracias Espíritu Santo porque nunca estoy a solas, pues tu compañía y consuelo son permanentes para mi. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.