domingo, 4 de octubre de 2020

AHORA ES EL TIEMPO DE SER FELICES EN EL MATRIMONIO

 

Alabemos, Adoremos, Bailemos Como Si Nadie Nos Observara…

¡¡¡Solo Dios!!!

 

2 PEDRO 3:8,9

Sin embargo, queridos amigos, hay algo que no deben olvidar: para el Señor, un día es como mil años y mil años son como un día. En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan. (NTV)

 

Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor cuando nos casemos.

Pero cuando todo sea completo:

Cuando tengamos un bebé y luego, otro, si es posible la parejita. 

Entonces nos frustramos cuando los chicos no son lo suficientemente mayores y que estaríamos más contentos cuando lo sean.

Después nos frustramos que tenemos que tratar con adolescentes y estamos seguros de que seremos felices cuando salgan de esa etapa.

 

Nos decimos a nosotros mismos que la vida estará completa cuando nuestro cónyuge tenga todo en orden:

Cuando tengamos un mejor automóvil, una casa más grande.

Cuando tengamos la oportunidad de tener unas buenas vacaciones.

Cuando nos jubilemos.

 

¡¡¡La verdad es que no hay mejor tiempo para ser felices que hoy!!!

 

Si no es ahora, ¿cuándo?

Nuestra vida de pareja siempre estará llena de desafíos. 

Es mejor que admitamos esto y decidamos ser felices de todas maneras.

 

El poeta Alfred De Souza, con sabiduría de lo Alto dijo:

 "Por mucho tiempo me pareció que la vida estaba a punto de comenzar…la verdadera vida. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que tenía que resolverse primero, algún negocio no terminado, tiempo a ser invertido, una deuda a ser pagada. Entonces comenzaría la vida.  Al fin me di cuenta de que estos obstáculos eran mi vida. Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay camino a la felicidad."

 

¡¡¡La felicidad es el camino, así que atesoremos cada momento que tengamos!!!

 

Y atesorémoslo más porque lo que hemos compartido con alguien especial, nuestro cónyuge.

Lo suficientemente especial como para invertir nuestro tiempo, y recordemos que el tiempo no espera por nadie. Así que dejemos de esperar:

Hasta que terminemos el colegio, hasta que vayamos a la universidad,

hasta que perdamos diez kilos,

hasta que tengamos hijos, hasta que nuestros hijos dejen la casa,

hasta que empecemos a trabajar, hasta que nos jubilemos,

hasta que nos casemos, hasta que nos divorciemos,

hasta el viernes en la noche, hasta el domingo en la mañana,

hasta que tengamos un nuevo automóvil o vivienda,

hasta que paguemos nuestro automóvil o vivienda,

hasta la primavera, hasta el verano, hasta el otoño, hasta el invierno,

hasta que dejemos de cobrar el seguro de desempleo,

hasta el primero o el quince del mes,

hasta que nos llegue nuestra canción,

hasta que nos hayamos embriagado, hasta que estemos sobrios,

hasta que muramos, hasta que nazcamos de nuevo, para decidir que…

 

¡¡¡No hay mejor tiempo que ahora mismo para ser felices en el matrimonio!!!

 

La felicidad es un camino y no el destino.

Así que trabajemos como si no necesitáramos dinero, amemos como si nunca hubiésemos sido lastimados y alabemos, adoremos y bailemos como si nadie nos observara… ¡¡¡Solo Dios!!!

 

CONCLUSIÓN:

La reflexión de hoy nos anima a considerar no sólo lo corto de la vida de este lado del cielo, sino también la capacidad que todos tenemos de decidir disfrutarla al máximo, gracias a Dios. 

Y para hacerlo, necesitamos enfocarnos un día a la vez y sacarle provecho a cada instante de nuestra vida.

 

EFESIOS 5:15-17

Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos.

No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan.

(NTV)

 

El posponer la búsqueda de la felicidad en función de algún evento o logro en particular, habrá de resultar en más frustración que otra cosa. 

Vamos, metámosle ganas y lancémonos a disfrutar la vida matrimonial a más no poder, recordando que nunca podremos sacarle el máximo al margen de una relación con nuestro Salvador, el Señor Jesucristo, que nos permita una perspectiva no sólo más amplia sino abarcadora de la vida.

Adelante y que el Señor les bendiga.

 

¡¡¡Así es como funciona!!!

Tu matrimonio y tu familia son el tesoro más valioso que Dios te ha dado

¡¡¡CUÍDALOS!!!

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,

y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud

y mucha Prosperidad


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri