jueves, 16 de noviembre de 2017

SEPAN

 

ROMANOS 8:14-17 Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos "Abba, Padre". Pues su Espíritu se une a nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios. Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento. (N.T.V.)


©  De lo que Dios desea que usted sepa, que somo hijos suyos y somos santos.

El Señor "quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1 Timoteo 2:4). En otras palabras, Dios desea que toda la humanidad acepte a Cristo como Salvador y sean separados, santificados.

 

Hoy estudiaremos algunas verdades que el Padre celestial anhela que sepan sus hijos:

1. Salvación. La tarea del Espíritu Santo es convencernos de nuestra pecaminosidad y llevarnos al conocimiento de que Cristo murió por nuestro pecado. Cuando recibimos al Señor como Salvador, nos reconciliamos con Dios y podemos tener comunión plena con Él. Esto sucede en el momento de la salvación. Nuestra deuda por el pecado fue pagada en su totalidad y por eso somos libres de la culpa. Además, somos sellados por el Espíritu Santo para la eternidad y apartados para servir a Dios.

2. Identidad. Los creyentes son hijos de Dios. La Biblia nos llama "coherederos con Cristo" (Vs.17 RV); en otras palabras, participamos de las riquezas del Señor Jesús. Asimismo, hemos sido transformados de pecadores a santos. Es posible que no actuemos santamente siempre, pero un santo verdadero es alguien que ha sido salvado y apartado para los propósitos de Dios.

3. Posición. Jesucristo está siempre presente para guiar y sustentar al creyente. Por medio de Él, tenemos acceso instantáneo a Dios Padre.

4. Misión. Nuestra misión en la vida es mostrar a Cristo al mundo. Los creyentes debemos vivir de tal manera que los demás vean la vida de Jesús en nosotros. Gracias a que entendemos la maravilla de nuestra salvación, nuestra identidad en Cristo, y nuestra posición frente al Padre, hablamos del Salvador con otras personas. Dios quiere que todos conozcan la verdad.

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY CONVENCIDO QUE DIOS ME HA SALVADO POR MEDIO DE CRISTO, ME HA HECHO COHEREDERO DE SU GLORIOSA RIQUEZA, Y ME HA APARTADO, HECHO SANTO, PARA CUMPLIR CON SUS PROPÓSITOS DÁNDOME UNA IDENTIDAD, POSICIÓN Y MISIÓN; ENTONCES LO LLEVARÉ A CABO.

 

ORACIÓN:

Dios Nuestro, Abba Padre, Papito Lindo (Gálatas 4:6). Mi amado Dios, Señor y Padre Celestial, hoy vengo a tu Presencia a darte gracias por todas tus dádivas, especialmente por aquella del sacrificio de tu hijo amado Jesucristo, por medio del cual he sido salvado y se me ha dado la potestad de ser un verdadero hijo tuyo. Es por eso por lo que hoy puedo saber que he sido adoptado y ahora hago parte de la familia de Dios, he sido separado por Ti para un propósito especial, por lo cual soy llamado santo, y esto me da una verdadera identidad, una posición especial y una misión honrosa, solo te pido que ayudes a llevarla a cabo con diligencia, responsabilidad, valentía y amor. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.