viernes, 13 de septiembre de 2019

DIGNO

 

MATEO 8:23-27 Luego Jesús entró en la barca y comenzó a cruzar el lago con sus discípulos. De repente, se desató sobre el lago una fuerte tormenta (Gr. seismós), con olas que entraban en el barco; pero Jesús dormía. Los discípulos fueron a despertarlo:

-       Señor, ¡sálvanos! ¡Nos vamos a ahogar! gritaron.

-       ¿Por qué tienen miedo? —preguntó Jesús—. ¡Tienen tan poca fe!

Entonces se levantó y reprendió al viento y a las olas y, de repente, hubo una gran calma.  Los discípulos quedaron asombrados y preguntaron:

-       ¿Quién es este hombre? ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen! (NTV)

 

¡Jesús! un hombre digno de nuestra alabanza.

En el pasaje que estudiamos hoy, los hombres que iban con Jesús en una noche tormentosa le preguntaron algo que debe hacernos prestar atención:

-       "¿Quién es este hombre?" (Vs.27).

Haríamos bien en reflexionar sobre esa misma pregunta. Entonces comenzaremos a ver por completo quién es Jesús.

 

El Señor y sus discípulos estaban atravesando el Mar de Galilea en dirección a la región de los gadarenos cuando se produjo una gran tormenta, imaginemos un viento violento que causó turbulencia, tal era que las olas cubrían la barca de madera (Vs.24). Hasta los experimentados marineros a bordo estaban seguros de que su muerte era inminente. Pero el relato nos dice que Jesús dormía. Estaba descansando tranquilamente durante una tormenta que era tan espantosa, que el escritor escogió para describirla la palabra griega "seismós" (Gr.,4578) que significa: conmoción del aire, ráfaga de la tierra, terremoto, temblor, tempestad. La frase "actividad sísmica", que se utiliza para referirse a los terremotos, viene de la misma raíz griega. Entonces…

¿Qué hombre es éste, que puede dormir mientras la barca es sacudida?

La respuesta es: Aquel que creó los mares, y que sabe cómo se forma una tormenta y qué energía hace que una ola se mantenga en movimiento. Ese es el hombre, un Ser Divino revestido de humanidad que reprendía a los vientos y al mar para que se calmaran perfectamente.

 

La Biblia dice que tanto el viento como las aguas se calmaron al instante. Tal es el poder de Jesús, El Olam (Génesis 31:23) Creador y Señor del universo. Todas las historias de la Biblia complementan el hecho de que Él es el único hombre digno de gloria, honra y alabanza (Daniel 7:13,14; Apocalipsis 5:12). Entonces...

 

¿Quién es ese, que hasta el viento y el mar, le obedecen!

¡¡¡Él es Jesús, el Hijo de Dios, nuestro Señor y Salvador,

el único hombre digno de gloria, honra y alabanza!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

TODA LA ALABANZA, HONRA, LOOR Y GLORIA LE PERTENECEN A MI SEÑOR JESÚS, EL HIJO DE DIOS, Y NO SOLO POR SU PODER MANIFESTADO DE DIFERENTES FORMAS, SINO TAMBIÉN POR SU AMOR INCONDICIONAL Y SU SACRIFICIO POR NOSOTROS EN LA CRUZ.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Tehilati, Dios de mi Alabanza y Adoración (Salmo 109:1). Mi Dios y Señor Jesús, Tú eres el único merecedor de nuestra alabanza y adoración, toda la Gloria y la honra son tuyas, Tú has cambiado mi lamento en gozo, para que pueda sacrificarte alabanza y adoración que exalte tu Glorioso y Poderoso Nombre. Gracias Dios mío por darme la oportunidad de alabarte y adorarte como Tú lo pides, en espíritu y en verdad, es un privilegio y el gozo de mi alma y de mi salvación; yo quiero ser un verdadero adorador por más que las circunstancias no sean las apropiadas o las formas de expresarlo no sean las tradicionales. Gracias, mi Señor Jesús, por levantarme en la alabanza y la adoración, hoy consagro mi boca, mi lengua y mis palabras a Ti, el Hijo de Dios, el Todopoderoso; he orado en tu Poderoso Nombre, Jesús ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.