lunes, 9 de febrero de 2015

SERENIDAD

 

ROMANOS 5:1,2 Por lo tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros. Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la Gloria de Dios. (N.T.V.)

 

©      La paz con Dios nos trae paz interior, la cual a su vez nos permite experimentar la serenidad.

Un día le pregunté a una persona con la cual hablaba:

-       Si usted pudiera pedirle algo a Dios ahora mismo, ¿qué le pediría?

Su respuesta fue inmediata:

-       "Quiero sentir paz". Con lágrimas en los ojos, me dijo que su abuela había muerto y esto la tenía turbada emocionalmente.

 

Muchos en nuestro mundo son como esta persona, desean tener paz interior, pero no tienen ninguna relación con el Señor. Muchas veces, las personas buscan satisfacción intentando mejorar su aspecto, su condición física, su situación económica, su nivel social o consumiendo drogas y alcohol. Pero tales cosas no pueden dar paz al corazón o a la mente.

©      Solo una relación con el Señor Jesús lleva a tener una paz verdadera.

 

Antes de ser salvos, éramos esclavos del pecado y vivíamos enfrentados a Dios (Colosenses 1:21). Nuestras rebeliones habían creado una barrera entre Él y nosotros, que no podíamos atravesar con nuestras propias fuerzas. Sin la mediación de Dios no podríamos haber encontrado el sendero de la paz. Pero nuestro Padre Celestial proporcionó la solución perfecta para nuestro problema del pecado. Envió a Su Hijo para que Él pagara por nuestras transgresiones y eliminara la separación que había entre Dios y nosotros.

 

Cuando pusimos la fe en Cristo como nuestro Salvador, fuimos reconciliados con Dios (Romanos 5:10). En Cristo, tenemos paz para con el Padre. Nuestro Dios trino ha dado todo lo necesario para que tengamos paz interior.

 

CONFESIÓN DE FE:

EL PADRE CELESTIAL ME ABRIÓ EL CAMINO PARA QUE SEA PARTE DE SU FAMILIA. JESÚS ME OFRECE SU PAZ PARA QUE PUEDA EXPERIMENTAR SERENIDAD (JUAN 14:27). Y EL ESPÍRITU SANTO CULTIVA EL FRUTO DE LA PAZ EN MI VIDA (GÁLATAS 5:22).

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Shalom, el Señor es nuestra Paz (Jueces 6:24). Sé que "Shalom" significa totalidad, paz; y Tu, mi Señor Jesús,  eres completo en y por Si mismo, y sé que no necesitas añadiduras a Tu totalidad, y que Tu deseo y propósito son restaurar la paz y totalidad a Tu creación que ha sido fracturada por el pecado. Por eso vengo hoy a darte gracias, pues eres el único que ha podido traer paz a mi vida y permitir que, teniendo esa paz interior, pueda experimentar la serenidad que me has prometido si estoy siempre de Tu mano. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por esa serenidad que me das a pesar de mi mismo y de las circunstancias, y que sobrepasa mi entendimiento. Amén.

 
Juan Manuel Lamus O.