martes, 25 de agosto de 2020

KURIOS

 

LUCAS 6:46-49 Así que, ¿por qué siguen llamándome "¡Señor, Señor!" cuando no hacen lo que digo? Les mostraré cómo es cuando una persona viene a Mí, escucha Mi enseñanza y después la sigue. Es como una persona que, para construir una casa, cava hondo y echa los cimientos sobre roca sólida. Cuando suben las aguas de la inundación y golpean contra esa casa, esta queda intacta porque está bien construida. Pero el que oye y no obedece es como una persona que construye una casa sin cimientos. Cuando las aguas de la inundación azoten esa casa, se derrumbará en un montón de escombros. (NTV)

 

Jesús, El Señor de nuestra vida, Kurios

El término "Señor" no debe utilizarse a la ligera. Cuando esa palabra aparece en relación con Jesucristo, se refiere a Aquel que es Soberano sobre la vida y la creación.

 

¡¡¡En el idioma griego, "Kurios", es el título para referirse al Señor Jesús,

como Aquel que gobierna la vida de otros para el bien de ellos!!!

 

Cuenta un ministro:

"Recuerdo la vez que estuve hospitalizado hace años, y llegué a la conclusión de que estaba allí porque Cristo no era el Señor de mi vida. Si alguien hubiera estado observando mi vida en aquel entonces, probablemente habría pensado que le estaba sirviendo con todo mi ser. Estaba sobrecargado de proyectos y planes para la obra del Reino. Pero ese era, en realidad, el problema. Cuando Dios me dijo que hiciera un alto, que frenara o que hiciera algo diferente a lo que había planeado, seguí haciendo lo mismo. De espaldas en la cama del hospital, finalmente permanecí quieto el tiempo suficiente para que el Señor me recordara que solamente Él podía dirigir mis pasos". (Jeremías 10:23,24)

 

Usamos el término "Señor" en la conversación y en nuestras oraciones, pero luego negamos su significado al desafiar Su voluntad y Su obra en nuestras vidas. Nuestra resistencia es a menudo sutil. Por ejemplo, un creyente puede condicionar su obediencia, diciendo:

"Voy a obedecer al Señor si…", o "Quiero hacer lo correcto, pero…".

La pregunta de Jesús a sus discípulos, que vemos en el Vs.46 del pasaje que estudiamos hoy, debió causarles un profundo dolor:

¿Por qué siguen llamándome "¡Señor, Señor!" cuando no hacen lo que digo?

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE CUANDO ACUDA AL SEÑOR JESÚS, DEBO ESTAR PREPARADO PARA OBEDECERLE SIN RESISTENCIA O EXCUSAS, PUES ÉL ES MI KURIOS, MI SOBERANO SEÑOR, QUIEN ME GOBIERNA PARA MI BIEN.

 

ORACIÓN:

Mi Dios y Señor Jesús, Kurios, Dios y Señor Soberano (1 Timoteo 6:15). Dios Padre Celestial, gracias quiero darte hoy por tu gobierno sobre mi vida, pero especialmente por ese Rey y Soberano Señor que has puesto en cabeza de todo, el Señor Jesús, de manera que podemos someternos con la seguridad de ser gobernados perfecta, amorosa, responsable y diligentemente. Yo quiero ser completamente obediente a Ti, mi Señor Jesús, y poder decirte cara a cara en ese día: ¡Señor!; pues me he sometido a tu Señorío, a tu perfecta voluntad y esto ha sido manifestado en la obediencia sin condición a tus preceptos, tu guía y dirección. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por ser el Señor Soberano de mi vida; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.