jueves, 22 de agosto de 2024

UNCIÓN VS. TENTACIÓN

 

ROMANOS 6:12-14 (NTV) No permitan que el pecado controle la manera en que viven; no caigan ante los deseos pecaminosos. No dejen que ninguna parte de su cuerpo se convierta en un instrumento del mal para servir al pecado. En cambio, entréguense completamente a Dios, porque antes estaban muertos pero ahora tienen una vida nueva. Así que usen todo su cuerpo como un instrumento para hacer lo que es correcto para la gloria de Dios. El pecado ya no es más su amo, porque ustedes ya no viven bajo las exigencias de la ley. En cambio, viven en la libertad de la gracia de Dios.

 

El fervor, la fe apasionada, y el entusiasmo por servir a Dios quebrantan la tentación, es decir que la unción rompe el yugo.

 

El apóstol Pablo servía al Señor bajo la unción del Espíritu Santo, con entusiasmo, y su fervor estaba motivado por tres cosas principalmente:

1.     La gratitud por el inmerecido, pero maravilloso, regalo de la salvación;

2.    La convicción de que el mensaje del Evangelio era auténtico; y

3.    La comprensión de que, por medio de la Cruz, el poder del pecado sobre él había sido destruido.

 

¡¡¡Antes de ser salvos, éramos esclavos del pecado

e incapaces de librarnos de él, pero ahora, al estar ungidos

por el Espíritu Santo, hemos recibido el poder de decir

no a la tentación y elegir servirle a Dios con denuedo!!!

 

El apóstol Pablo sabía que su vieja naturaleza egoísta había sido crucificada con Cristo; el pecado ya no tenía control sobre él. Este conocimiento alimentaba su pasión de seguir a Jesús y vivir para Él (Gálatas 2:20). Guiado por la misión que recibió de Cristo, Pablo expresaba su fervor por medio de la obediencia a la dirección del Señor. Y es que nuestro Padre Celestial quiere que concentremos nuestra pasión en llevar a cabo su plan (Mateo 28:19,20). Al igual que Pablo, estamos llamados a vivir una vida crucificada en la que el Señor sea lo primero en nuestros pensamientos, actitudes y acciones. Una vida así implica aprender a caminar por fe y permanecer firmes ante la tentación. Aunque no podemos hacer esto con nuestras propias fuerzas, podemos lograrlo a través de la unción que nos provee el Espíritu Santo, Él nos da el poder para abandonar nuestras actitudes egoístas y reemplazarlas por actitudes agradables a Dios.

 

La fe, el fervor y el compromiso de Pablo con el Señor para servirle, eran partes integrales de su pensamiento, conversación y trabajo, pues él cuidaba la unción para servir con denuedo.

 

CONFESIÓN DE FE:

LA UNCIÓN, LA FE APASIONADA Y EL FERVOR POR CRISTO ME MOTIVABAN A SEGUIR ADELANTE, PUES ESTOY CONVENCIDO QUE LA SALVACIÓN ME DA PERDÓN POR EL PASADO Y UNA MANERA DE VIVIR VICTORIOSO EN EL FUTURO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Yishi, Dios de mi salvación (Salmo 25:5). Mi amado Señor Jesús, el Autor y Consumador de nuestra Fe (Hebreos 12:2); hoy quiero tener fe, mi Señor Jesús, quiero con fervor creer cada día más en Ti. Quiero ver claro lo que en este momento puede ser oscuridad, dale un poco de luz a mi corazón y a mi mente para que pueda ver más allá de mis razonamientos y mis dudas. No quiero perder la unción que me has dado por medio de tu Espíritu Santo, ni mi fe, Señor, quiero creer en Ti cada día más y soportar de esta forma las tentaciones que puedan venir a mi vida y robarme la oportunidad de servir en tu Reino, estoy seguro de que Tú has vencido en la Cruz del Calvario, y esto me de las fuerzas para no desfallecer. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por darme la unción como herramienta y la fortaleza para mantenerme firme en la fe en Ti; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri