martes, 17 de junio de 2014

RECIPIENTE

RECIPIENTE

 

1 CORINTIOS 3:16,17 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. (V.R.V.)

 

©      De la importancia de cuidar el cuerpo, recipiente del Espíritu Santo de Dios que mora en nosotros.

 La figura que se utiliza en el pasaje de hoy, es la de un templo o una iglesia para dar un consejo sobre el cuidado del mismo. Aquí se está refiriendo no al cuidado de un edificio sino del cuerpo.

 

Nuestro cuerpo, por así decirlo, es el recipiente del Espíritu Santo, el lugar donde Dios habita para hacer de nosotros más bellas y mejores personas. Los cristianos generalmente hablamos de cuidar el alma y el espíritu, pero no hablamos mucho sobre el cuidado del cuerpo. Pensamos que cuidar nuestra salud fuera algo pecaminoso. Por cierto está la exageración de aquellos que le dan culto al cuerpo y viven atados a un espíritu hedonista y narcisista que les hace adorarse a sí mismos.

 

El Señor nos ha dado un cuerpo para que lo cuidemos lo mejor posible. La falta de una buena dieta, ejercicio y sanos hábitos, nos hacen vivir por debajo de lo que Dios ha diseñado para nuestras vidas. Sin salud física no podemos ir a trabajar, caminar, servir a Dios. Siempre lo espiritual debe afectar para bien al resto de nuestra vida. Ya sea que estemos en los años jóvenes o en la madurez de la vida, nuestra meta debe ser cuidar el cuerpo que el Señor nos ha dado. Es tiempo de dejar la pereza y empezar a trazar una estrategia para alcanzar plenitud física. El sedentarismo está matando a mucha gente más que el estrés. No descuidemos el cuidado de nuestra salud y nuestro cuerpo, ni lo dejemos abandonado, pues hacer esto originará toda clase de enfermedades.

Vivamos a la altura de lo que Dios ha preparado para nosotros:

©      ¡Buena salud física!

 

CONFESIÓN DE FE:

CUIDARE MI CUERPO LO MEJOR QUE PUEDA, PUES AUNQUE ES SOLO UN RECIPIENTE TAMBIÉN ES TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO, SERÉ ESFORZADO Y VALIENTE PARA ESTABLECER BUENAS Y SANAS RUTINAS QUE REDUNDEN EN UNA BUENA SALUD FÍSICA PARA MÍ.

 

ORACIÓN:
Padre Nuestro que habitas en el Cielo, Elohim Kol Basar, Dios de toda carne (Jeremías 32:27). Padre Santo santificado sea tu nombre por nosotros, los que en ti creemos y en ti confiamos. Hoy quiero pedirte que quites de mi pensamiento, oh Dios, que cuidar mi cuerpo con buen ejercicio y tener una buena dieta es un pecado, si no que por el contrario es un llamado tuyo a cuidar el recipiente que le has dado, por medio de él, a tu Santo Espíritu. Gracias Espíritu Santo por morar en mí y  por recordarme hoy la necesidad de no contaminar mi cuerpo con cosas que no corresponden. Amén.

 
Juan Manuel Lamus O.