jueves, 24 de noviembre de 2022

¿MIEDO?

 

JUAN 14:27 Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que Yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo. (NTV)

 

Del miedo que nos puede paralizar, perturbar y quitar la paz con la intención de minar nuestras capacidades para que no vayamos más allá de lo que realmente podemos.

 

¡¡¡El miedo paraliza, eso no es nuevo!!!

Nos hace hundirnos en pensamientos negativos y nos impide tomar decisiones

asertivas, pero el hecho de quedarnos estancados en el mismo sitio, sin siquiera

haber tomado el impulso de dar el primer paso, sólo nos hará sentir más miedo

 

El diccionario de la Real Academia de la lengua Española (RAE), define al miedo como: "Una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario".

Según la psicología, el miedo le permite al ser humano adaptarse al medio, ya que las emociones producidas ante el peligro inminente le proporcionan la capacidad de reacción y, por ende, de defensa. Es también considerado como una de las emociones primarias derivadas de la confrontación con la amenaza.

De acuerdo con las ciencias sociales el miedo puede aprenderse en la sociedad, de hecho, es factor primordial en el desarrollo del individuo al permitirle establecer límites dentro de su campo de acción, para no incurrir en situaciones que amenacen su integridad. Es esa "emoción primaria" que nos permite dar una respuesta para defendernos y al mismo tiempo adaptarnos.

Además, estas ciencias también expresan que de la misma manera que el miedo se aprende, también se puede aprender a no tener miedo.

 

Y eso es precisamente lo que anhelo y en lo cual trato de entrenarme todos los días, a aprender a vivir sin miedo. Porque vivir con miedo es vivir en la cárcel de nuestros pensamientos; es sentir que esa "perturbación angustiosa" va perdiendo su temporalidad para convertirse en un estado casi permanente. Es como una batalla constante de nuestro ser interior. Una batalla que mantiene nuestros músculos tensos y nuestra respiración muy corta. Una batalla sin tregua que va consumiendo nuestras fuerzas y nos roba la paz. No es una tarea fácil dejar de sentir este miedo cuando vivimos rodeados de un peligro real que amenaza constantemente contra nuestras vidas, pero tampoco podemos convertirnos en ermitaños en nuestras cuevas. Debemos ser muy prudentes, pero jamás permitir que este estado de anarquía e indiferencia nos arranque el derecho a vivir sin miedo. El derecho a sentir que nuestro corazón late a su ritmo fisiológico y no que defendiéndose quiera salirse de nuestro pecho y siga latiendo aceleradamente cada día.

Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona; pero cada uno es responsable de esforzarse para ir más allá sin miedo.

 

CONFESIÓN DE FE:

AL PENSAR EN ESTO, SIENTO QUE LA MANERA DE TRANSFORMAR LA FUERZA DEL MIEDO QUE DESTRUYE Y ANULA, EN UNA FUERZA POSITIVA QUE ME LEVANTA, ES ACERCÁNDOME A AQUEL QUE NOS DIO LA VIDA Y NOS HA PROMETIDO UNA EXISTENCIA CON PAZ Y SIN MIEDO, NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Shalom, Dios de Paz (Jueces 6:24). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, Tú eres un guerrero poderoso y la fuerza mayor en todo el universo, y podemos estar confiados en tu protección en todo momento y circunstancia, pero también eres el Príncipe de Paz, y en tu Palabra nos prometes una vida abundante y sin miedo, llena de la paz que solo Tú puedes dar, una paz que sobrepasa nuestro entendimiento; yo lo creo y me apropio de esa promesa para mi vida, yo creo que tu perfecto e incondicional amor elimina todo temor de mi vida y me da la seguridad, la fortaleza y la capacidad de levantarme en victoria sobre todo peligro que me ronde o cualquier acecho o amenaza del  enemigo, y entonces ir más allá de lo que creo posible. Gracias, mi amado Señor y salvador Jesucristo; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amen!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri