sábado, 7 de marzo de 2015

 

EL RÍO HELADO

 

Un viajero muy cansado llegó a la orilla de un río.  No había un puente por el cual se pudiera cruzar.  Era invierno y la superficie del río se hallaba congelada.

 

Oscurecía y deseaba llegar pronto al pueblo que se encontraba a poca distancia del río, mientras hubiera suficiente luz para distinguir el camino.  Llegó a preguntarse si el hielo sería lo suficientemente fuerte para soportar su peso. Como viajaba solo y no había nadie más en los alrededores, una fractura del hielo y caer en el río helado significaría la muerte; pero pasar la noche en ese hostil paraje representaba también el peligro de morir por hipotermia. 

 

Por fin, después de muchos titubeos y miedos, se arrodilló y comenzó, muy cauteloso, a arrastrase por encima del hielo.   Pensaba que al distribuir el peso de su cuerpo sobre una mayor superficie, sería menos probable que el hielo se quebrara bajo su peso. Después de haber recorrido la mitad del trayecto en esta forma lenta y dolorosa, de pronto escuchó el sonido de una canción detrás de sí. De la noche salió un carruaje tirado por cuatro caballos, lleno de carbón y conducido por un hombre que cantaba con alegría mientras iba en su despreocupado camino. 

 

Allí se encontraba nuestro cauteloso viajero, arrastrándose con manos y pies, mientras, a su lado, como un viento invernal, pasó el conductor con su carruaje, caballos y pesada carga…

¡¡¡Por el mismo río!!!

 

Esta historia nos ilustra cómo muchas personas pasan por las dificultades que les presenta la vida:

Ø  Muchos se quedan en la orilla de la indecisión, incapaces de decidir qué camino tomar.

Ø  Otros prefieren permanecer allí, tratando de reunir suficiente valor para llegar al otro lado del problema en que se encuentran.

Ø  Algunas personas se arrastran en la vida por temor a que las dificultades se les vuelvan adversas (se les rompa el hielo).  Su fe no es lo bastante fuerte para sostenerlos de pie en medio de la adversidad.

 

©      Existen los que van silbando por el camino, pues saben en quién tienen puesta su confianza, y su fe es inquebrantable.

©      Mi querido amigo, cuando se te presenten por la vida, ríos de adversidades, no debes temer, ni  arrastrarte por la vida. 

©      Dios nos ha prometido ayuda y con ésta, podemos enfrentar la dificultad y llegar con alegría al otro lado.

 

DEUTERONOMIO 31:6

¡Así que sé fuerte y valiente!

No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, Él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará. (N.T.V.)

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida, y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad

Juan Manuel Lamus O.