martes, 3 de septiembre de 2019

RESERVORIO

 

EFESIOS 1:3-9 Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo. Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a Sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que Él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado. Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la Sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. Él desbordó su bondad sobre nosotros junto con toda la sabiduría y el entendimiento. Ahora Dios nos ha dado a conocer su misterioso plan acerca de Cristo, un plan ideado para cumplir el buen propósito de Dios. (NTV)

 

De las inmensas riquezas de la Gracia de Dios, el reservorio de su Gloria, para los que pertenecemos a Cristo.

Piense en una pareja de ancianos viviendo en una casa en ruinas, que apenas pueden permitirse comprar algo de comida y medicamentos. Ni siquiera tienen dinero suficiente para mantener los servicios al día. Luego, poco después de que ambos han muerto, se descubre un enorme yacimiento de petróleo bajo su humilde vivienda. Todos sus años de pobreza los vivieron encima de una riqueza desconocida y sin explotar.

 

Lamentablemente, muchos cristianos pasan la vida como esa pareja de ancianos. Han reducido el cristianismo a sus elementos más básicos: Dios me salvó y un día iré al Cielo. Aunque Jesús ofrece vida abundante ahora mismo (Juan 10:10), no la están viviendo. Los creyentes espiritualmente pobres no aprovechan el reservorio de la Gracia de Dios. La eternidad comienza en el momento que somos salvos; no hay que esperar llegar al Cielo para disfrutar de las riquezas del Señor. Dios ha prodigado su Gracia a los creyentes. Recibimos justificación, libertad del legalismo y una unión inquebrantable con nuestro Padre Celestial. A cambio de eso, Él desea que invirtamos tiempo y energías en nuestra relación con Él. Cuando lo hacemos, todo lo que Él ofrece se derrama generosamente en nuestras vidas. Nuestra relación con Él hace posible que tengamos gozo, contentamiento y bendiciones para una vida abundante como Él la prometió.

 

Nuestra verdadera riqueza no se mide por la cuenta bancaria o las posesiones.

 

¡¡¡Como coherederos con Cristo (Romanos 8:17),

tenemos acceso a las riquezas de Dios,

las cuales incluyen gozo inefable, amor incondicional,

y una paz más allá de toda comprensión!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY TOTALMENTE CONVENCIDO QUE LA VERDADERA E ÍNTIMA RELACIÓN CON DIOS, CONDUCEN AL RESERVORIO DE SU GRACIA, A RIQUEZAS, HONOR Y A UNA LARGA VIDA. POR ESO NO DEJARÉ ENTERRADA TODA ESA RIQUEZA QUE ÉL ME DA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Jireh, nuestro Gran y único Proveedor (Génesis 22:14). Dios y Señor mío, mi amado Jesucristo, creo en tu Palabra y tengo temor, respeto y reverencia por ella y por Ti, pues Tú la has lanzado al mundo espiritual y sé que tiene un efecto poderoso, allí y en mi vida. Es bien claro cuando dices en ella que Tú mismo, el Dios quien me cuida en todos los aspectos de mi vida, suplirás todo lo que necesito, de las gloriosas riquezas que nos has dado por medio de Cristo Jesús (Filipenses 4:19). Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo, pues creo y disfruto del reservorio que provee tu amor infinito y tus enseñanzas para los que establecemos esa íntima y profunda relación contigo; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.