miércoles, 14 de septiembre de 2022

EL LLAMADO

 

COLOSENSES 4:7-18 Tíquico les contará con detalles cómo me va. Él es un amado hermano y un fiel colaborador que sirve conmigo en la obra del Señor. Precisamente lo envié para que les cuente cómo estamos y los anime. También les envío a Onésimo, un fiel y amado hermano, quien es uno de ustedes. Él y Tíquico les contarán todo lo que sucede aquí. Aristarco, quien está en la cárcel conmigo, les manda saludos; y también los saluda Marcos, el primo de Bernabé. Tal como ya se les indicó, si Marcos pasa por allí, hagan que se sienta bienvenido. Jesús (al que llamamos Justo) también envía saludos. Ellos son los únicos creyentes judíos entre mis colaboradores; trabajan aquí conmigo para el Reino de Dios. ¡Y qué consuelo han sido para mí! Les manda saludos Epafras, un miembro de la misma comunidad de fe que ustedes y siervo de Cristo Jesús. Siempre ora con fervor por ustedes y le pide a Dios que los fortalezca y perfeccione, y les dé la plena confianza de que están cumpliendo toda la voluntad de Dios. Puedo asegurarles que él ora intensamente por ustedes y también por los creyentes en Laodicea y en Hierápolis. Les manda saludos Lucas, el médico amado, y también Demas. Les ruego que saluden de mi parte a nuestros hermanos en Laodicea, y también a Ninfas y a la iglesia que se reúne en su casa. Una vez que hayan leído esta carta, pásenla a la iglesia en Laodicea para que ellos también puedan leerla. Y ustedes deberían leer la carta que les escribí a ellos. Además, díganle a Arquipo: "Asegúrate de llevar a cabo el ministerio que el Señor te dio". Firmo mi propio saludo de puño y letra: Pablo. Recuerden que estoy en cadenas. Que la gracia de Dios sea con ustedes. (NTV)

 

Del llamado a alcanzar a las naciones, o el llamamiento al ministerio, al servicio.

El último capítulo de Colosenses contiene una larga lista de personas que sirvieron junto a Pablo. Lo que no se señala en estos versículos son el talento, las destrezas, las habilidades, la riqueza o la posición de estas personas en la sociedad. En vez de eso, Pablo se enfoca en el carácter, el servicio para Cristo y en su amor y aprecio por cada una de esas personas.

 

Cada uno de nosotros ha sido llamado a ministrar, o servir, de una forma u otra. Aunque tendemos a pensar en el ministerio como algo que se hace dentro de la iglesia, en realidad abarca cada cosa que hagamos, sin importar dónde estemos. Por ejemplo:

Aunque Lucas era médico de profesión, también era evangelista, misionero y escritor Divinamente inspirado de la Biblia. Su profesión no era su fuente primaria de realización personal; más bien, era un medio mediante el cual servía a Cristo para servir a otros. Como amigo fiel y compañero de viaje de Pablo, Lucas dio aliento y reconfortó al apóstol hasta el día de su ejecución (2 Timoteo 4:11). Tenía una mente analítica y minuciosa que lo convirtió en un médico experto. También le sirvió para investigar y escribir un relato cronológicamente preciso de la vida de Jesús (el Evangelio de Lucas) y los acontecimientos de la iglesia primitiva (el libro de los Hechos de los Apóstoles).

 

¡¡¡Cada uno de nosotros ha sido creado y habilitado por Dios para cumplir con el servicio particular que Él ha elegido específicamente para cada uno, pues no hemos sido puestos en esta Tierra, para nuestro placer personal, acumular riquezas y ser importantes, sino para servir al Señor alcanzando las naciones!!!

 

Nuestra responsabilidad es responder con obediencia a su llamado, entonces asegúrese de llevar a cabo el ministerio que el Señor le dio:

El de la reconciliación, es decir el evangelismo.

 

CONFESIÓN DE FE:

HE SIDO LLAMADO POR EL SEÑOR JESÚS A EJERCER CON DENUEDO, ES DECIR, CON VALENTÍA, DILIGENCIA, AMOR, CONOCIMIENTO Y RESPONSABILIDAD EL MINISTERIO DE LA RECONCILIACIÓN, Y ASÍ LO HARÉ, CON LA SEGURIDAD Y EL RESPALDO QUE ME DA EL SABER QUE ÉL ME CREÓ Y ME HABILITÓ PARA CUMPLIRLO A CABALIDAD.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, Yahweh Elohim, El Señor Dios (Génesis 2:4). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, Adonai, Señor de señores y Rey de reyes eres Tú, hoy vengo con un corazón humilde a expresarte la inmensa gratitud que tengo contigo por el llamado al servicio que me has hecho y la capacitación que me has dado para ejercerlo con denuedo, es decir con valentía, diligencia, conocimiento, responsabilidad y amor; solo quiero disponerme hoy para ocupar el lugar que Tú determines para mí en tu Reino, de manera que mi servicio se vea libre de egoísmo y vanidad, y se haga altamente efectivo para mis semejantes, no quiero olvidar nunca el alto nivel del llamamiento que me has hecho, así que buscaré muchas oportunidades para alcanzar a las naciones, para evangelizar, pues quiero permitir que el servicio llegue a todos los que me rodean y ser canal de servicio de la misma manera que Tú lo fuiste. Gracias, mi Señor y Salvador Jesús por hacerme el llamamiento al ministerio y por tu modelaje de servidor incondicional, amoroso y en excelencia; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri