lunes, 29 de enero de 2024

AYUNO & ORACIÓN

 

HECHOS 13:1-3 (NTV) Entre los profetas y maestros de la iglesia de Antioquía de Siria se encontraban Bernabé, Simeón (llamado "el Negro"), Lucio (de Cirene), Manaén (compañero de infancia del rey Herodes Antipas) y Saulo. Cierto día, mientras estos hombres adoraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: "Consagren a Bernabé y a Saulo para el trabajo especial al cual los he llamado". Así que, después de pasar más tiempo en ayuno y oración, les impusieron las manos y los enviaron.

 

Debemos desarrollar la disciplina espiritual del ayuno y la oración, entendiendo que las dos son necesarias durante el incremento de la búsqueda de Dios, y del consecuente crecimiento del verdadero seguidor de Jesucristo.

 

Particularmente el ayuno unido a la oración tiene dos componentes importantes:

1.     La abstención de alimentos o actividades, lo que elimina las distracciones.

2.    La atención total a Dios, que permite la conexión con Él a un nivel más profundo.

 

Daniel vivía bajo cautiverio en Babilonia cuando leyó la promesa de Dios de liberar a los israelitas después de un cierto período de tiempo. Entonces buscó sinceramente al Señor mediante la oración y el ayuno (Daniel 9:2,3). Luego, por medio del ángel Gabriel, Dios dio a este joven una mayor comprensión de lo que había prometido antes. La Biblia tiene también otros ejemplos. Cuando el rey Josafat se enteró de que un poderoso ejército venía a atacarlo, llamó a toda Judá a reunirse para orar y ayunar (2 Crónicas 20:1-4). Dios le dio aliento y fuerzas para el futuro.

📖 Y como lo podemos ver en el pasaje que estudiamos hoy, ayunar y orar fue también parte de la preparación de la iglesia primitiva para elegir a sus primeros misioneros. El Espíritu Santo dirigió el envío de Bernabé y Saulo a la obra.

 

Ayunar no nos consigue una respuesta más rápida de Dios cuando oramos, ni tampoco es para convencerlo de que siga nuestro plan. Lo que hace es ayudarnos a ver nuestra situación a través de sus ojos, y a obedecer lo que discernimos. A veces, yo he buscado al Señor para tener su opinión de lo que estoy haciendo. Ayunar me ha ayudado a tener su perspectiva en mi vida y en mi trabajo ministerial.

 

¡¡¡Ayunar implica el deseo intenso de escuchar a Dios

en un período de tiempo especial para conectarse con Él en oración, 

teniendo siempre la disposición de abstenerse de comida o

algunas actividades cotidianas que nos distraigan del propósito!!!

 

Si esta idea le intimida, recuerde que el propósito del ayuno es prepararle para que pueda acercarse más a Dios en oración y recibir su aliento y dirección; y siempre recuerde que:

Ayuno sin oración, es una dieta.

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARÉ EL AYUNO Y LA ORACIÓN CON LA MOTIVACIÓN E INTENCIÓN CORRECTAS, DE MANERA QUE LA INSTRUCCIÓN CLARA Y OPORTUNA QUE RECIBA DE DIOS, SEA DE ALIENTO PARA SEGUIR ADELANTE CON SUS PLANES PARA MÍ Y MI CRECIMIENTO EN TODAS LAS ÁREAS DE MI VIDA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Kol Basar, Dios de toda carne (Jeremías 32:27). Mi amado Señor Jesucristo, sé que Tú eres Dios para el cual nada es difícil, Tú has creado a todos los seres sobre la tierra y sé que demandas que nos conformemos a tus planes para nosotros. Por eso hoy vengo a tu presencia, dispuesto a un tiempo de ayuno y oración, para que me des la instrucción necesaria para que yo, con convicción y responsabilidad, pueda realizar esos planes maravillosos que tienes para mi vida y mi congregación. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por enseñarme y modelarme la herramienta del ayuno con oración, como preparación para tener un acercamiento más íntimo contigo y recibir a la vez tu dirección y tu aliento; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri