ALARMA
ROMANOS 2:14-16 Aun los gentiles, quienes no cuentan con la ley escrita de Dios, muestran que conocen esa ley cuando, por instinto, la obedecen aunque nunca la hayan oído. Ellos demuestran que tienen la ley de Dios escrita en el corazón, porque su propia conciencia y sus propios pensamientos o los acusan o bien les indican que están haciendo lo correcto. Y el mensaje que proclamo es que se acerca el día en que Dios juzgará, por medio de Cristo Jesús, la vida secreta de cada uno. (N.T.V.)
© ¿Puede su conciencia ser su guía?
Cada persona nace con un regalo maravilloso de Dios: la conciencia, un sistema de alarma personal.
Ya que sus advertencias causan incomodidad, usted quizás nunca haya pensado que este "sistema de alarma" sea una bendición. Pero fueron nuestro bien y protección lo que el Señor tuvo en mente al darnos este observador de nuestra conducta moral. Al escuchar sus avisos, evitamos tomar decisiones que pueden arruinar nuestras vidas. Pero…
© ¿Puede usted confiar en su conciencia como su guía para tomar decisiones?
Antes de que podamos responder a esa pregunta, debemos entender cuál fue el trabajo que Dios le asignó a ella. La conciencia no fue dada como una fuerza positiva para guiar, sino como un sistema de alarma para protegernos del pecado. Pero muchas de nuestras decisiones no son asuntos morales, por lo que necesitamos tener una fuente aun más confiable de dirección.
Es por eso que el Señor ha dado a los creyentes al Espíritu Santo, quien nos guía de manera precisa en cualquier clase de decisión que debamos tomar. Él no solo trabaja por medio de la conciencia para hacernos conscientes del pecado, sino que también nos ayuda a elegir entre lo bueno y lo mejor. Cuando escuchamos Su voz y obedecemos Sus advertencias, Él agudiza y purifica nuestra conciencia para ajustarla más a la Palabra y a la voluntad de Dios. Debemos reconocer que la conciencia tiene la capacidad de ser moldeada por nuestras respuestas; podemos dañar su confiabilidad al rechazar o ignorar sus advertencias.
CONFESIÓN DE FE:
AL PRESTARLE ATENCIÓN A MI SISTEMA DE ALARMA PERSONAL, LA CONCIENCIA, ME HARÉ MÁS SENSIBLE A LAS ADVERTENCIAS DEL ESPÍRITU SANTO Y DE ESTA MANERA ESTARÉ MEJOR PROTEGIDO.
ORACIÓN:
Espíritu Santo de Dios, mi Guía y Dirección; Espíritu del Señor, el Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de Poder, el Espíritu de Conocimiento y de Temor del Señor (Isaías 11:2); ese eres Tú, Dios mío y Señor mío. Hoy quiero darte gracias por trabajar incansablemente en mi conciencia, haciendo de ella esa alarma personal que me protege haciéndome cada día más sensible a Tus advertencias, de manera que puedo tomar decisiones trascendentales confiando en ella, pues eres Tú quien la agudiza y la purifica. Ayúdame Señor pues quiero escucharte y seguir sin condiciones Tu instrucción. Gracias Espíritu Santo por Tu guía y dirección permanentes. Amén.
Juan Manuel Lamus O.