viernes, 10 de noviembre de 2023

PURIFICARNOS

 

APOCALIPSIS 22:1,2 (NTV) Luego el ángel me mostró un río con el agua de la vida, era transparente como el cristal y fluía del Trono de Dios y del Cordero. Fluía por el centro de la calle principal. A cada lado del río crecía el árbol de la vida, el cual produce doce cosechas de fruto, y una cosecha nueva cada mes. Las hojas se usaban como medicina para sanar a las naciones.

 

De la importancia, cuando nos equivocamos y hacemos lo que es impuro, de esforzarnos por purificarnos mediante el arrepentimiento y el cambio.

 

¡¡¡Purificarnos es estar tan limpio, o estar libre de maldad,

como las manos que acaban de lavarse completa y perfectamente

después de estar llenas de suciedad!!!

 

El río Bogotá nace en el páramo de Guacheneque en las proximidades del municipio de Villapinzón al norte del departamento de Cundinamarca, en Colombia, a una altura de 2.700 metros, nace entre la floresta en un bello monte poblado de pinos silvestres. Donde nace, sus aguas son tan claras y puras que pueden ser bebidas sin ninguna preocupación de contaminación. Sin embargo, a medida que va pasando por pueblos y ciudades, debido a las industrias y a la basura que la gente va arrojando, se va contaminando a tal punto que ni la hierba en sus orillas logra crecer cuando desemboca en el rio Magdalena. Nuestra vida puede ser comparada con un río como éste. Cuando nacemos, somos puros e ingenuos, y desconocemos la suciedad del mundo. Pero, con el pasar de los años, vamos acumulando diariamente experiencias mediante la interacción familiar, en la escuela, con los amigos, los grupos sociales y las diversiones, que incorporan a nuestra vida el egoísmo, la avaricia, los celos, el temor, la envidia; en fin, tanta basura que acabamos contaminados.

 

Afortunadamente, este río se purifica nuevamente cuando entra en contacto con el océano. De la misma forma, podemos encontrar influencias purificadoras a lo largo de nuestra vida. Una de ellas son los buenos profesores y maestros, pastores y líderes, que aconsejan y orientan a sus alumnos y discípulos, para que alcancen una vida relativamente feliz, productiva y de éxito. Los buenos amigos también pueden ser influencias purificadoras, los buenos consejos, el ejemplo y las palabras de aliento pueden ayudarnos a apartarnos de las cosas perjudiciales. Sin embargo, la verdadera purificación, solo puede ser ofrecida por Dios, mediante su Hijo Jesús, solo Él nos puede perdonar y renovarnos, purificarnos. Aquel que purificó a los leprosos en el pasado también está listo para oír nuestros pedidos y purificarnos de las malas influencias de cada día. Llegará el día en el que Dios establecerá la Tierra Nueva, con habitantes santificados y glorificados por causa de la salvación dada por Jesús. Entraremos entonces en contacto con otro río: el río de la vida, cuyas aguas son puras y cristalinas. Ese río jamás se contaminará, aunque atraviese la ciudad.

 

Sí, porque en la Ciudad de Dios nunca habrá contaminación.

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARÉ APARTARME DE TODO LO QUE PUEDA CONTAMINAR MI VIDA Y CAMINAR DE LA MANO DEL SEÑOR JESÚS QUIEN PUEDE, POR MEDIO DE SU PALABRA, PERDONARME, RENOVARME, TRANSFORMARME Y PURIFICARME COMPLETAMENTE.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Kedoshim, Dios Santo (Levítico 19:2). Mi amado Señor Jesús, mi Rey y mi Salvador, hoy clamo para que me protejas de los males que me puedan acechar y para que alejes de mí toda tentación, falta, transgresión o pecado y todo aquello que me contamine y quiera alejarme de Ti, no lo permitas Señor. Abstráeme del mundo que me rodea, aumenta mi espiritualidad, ayúdame a vivir más cerca de Ti, libérame de toda tentación, no permitas que el enemigo cumpla su cometido de contaminación, yo procuraré estar firme y atento a tu instrucción y guía. Esta es mi súplica hoy, ayúdame para no contaminarme de este mundo, purifícame. Gracias mi Señor Jesús; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri