jueves, 2 de junio de 2016

MEDIR

 

2 PEDRO 3:17,18 Están, pues, advertidos, mis queridos. Monten guardia, para que no los seduzca el error de los libertinos ni se desmorone la firmeza que ahora tienen.  Y crezcan en gracia y en conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él la gloria ahora y por siempre. Amén. (B.L.P.H.)


©  De cómo medir nuestro crecimiento espiritual.

En muchos lugares del mundo, hay personas que van a la iglesia, inclinan la cabeza para orar y escuchar predicaciones, pero que lamentablemente no están creciendo espiritualmente. Es muy común que los creyentes hagan esto para cumplir con sus obligaciones cristianas; pueden cumplir con todo, pero no tienen una verdadera e íntima relación con el Señor Jesús.

 

Para florecer espiritualmente, tenemos que ser salvos. Lo cual sucede en el momento que Dios nos hace personas nuevas al limpiarnos del pecado y adoptarnos como suyos. Sobre esa base podemos comenzar a crecer, pero aun con esta nueva vida, podemos permanecer estancados.

Veamos los tres principales indicadores que revelan la calidad de nuestra peregrinación en el crecimiento de la vida cristiana:

1. Hambre. Los creyentes que están creciendo deben sentir hambre por Cristo. Al experimentar más de Jesús, quien es el Pan de Vida (Juan 6:35), nuestro deseo de Él aumentará.

2. Discernimiento. Los creyentes que viven estrechamente con el Salvador notarán que su discernimiento del pecado se agudiza. Las enseñanzas y las ideas falsas se vuelven más evidentes a medida que acumulamos la verdad dentro de nuestro espíritu.

3. Amor. Nuestra esfera de amor debe seguir expandiéndose. Con el tiempo, el Espíritu Santo nos capacita para ser compasivos con personas a las que nos resultaba difícil aceptar.


©  ¿Tiene usted un hambre insaciable de Dios y una conciencia cada vez mayor del pecado?

©  ¿Siente amor aun por quienes no están de acuerdo con usted y con sus expectativas?

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE ESTAS SON PREGUNTAS IMPORTANTES QUE DEBO HACERME PARA DETERMINAR LA CALIDAD DE MI CRECIMIENTO ESPIRITUAL. ASÍ QUE ESTARÉ ATENTO A FORMULARLAS PERIÓDICAMENTE PARA PODER MEDIR MI CRECIMIENTO ESPIRITUAL.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Emet, Dios de la Verdad (Salmo 31:5). Dios Todopoderoso, Tú eres la fuente última de la realidad. Todo lo que se relaciona contigo es verdad y es real. Por eso hoy cito al salmista diciendo: En tus manos encomiendo mi espíritu; Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad. Pues estoy plenamente convencido que solo de tu mano, teniendo cada día más hambre y sed de conocerte, afinando mi discernimiento en cuanto al pecado, y amando como Tú lo has mandado y lo has modelado, mi crecimiento espiritual está asegurado. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.