miércoles, 26 de noviembre de 2014

APARTADOS

 

APARTADOS

 

1 CORINTIOS 1:1-3 Yo, Pablo, elegido por la voluntad de Dios para ser un apóstol de Cristo Jesús, escribo esta carta junto con nuestro hermano Sóstenes. Va dirigida a la iglesia de Dios en Corinto, a ustedes que han sido llamados por Dios para ser Su pueblo santo. Él los hizo santos por medio de Cristo Jesús, tal como lo hizo con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz. (N.T.V.)

 

©      De los requisitos para la santidad. (Leer 1 Corintios 1:1-9)

Muchas personas tienen un concepto no bíblico sobre la santidad. Su idea acerca de un santo es alguien que tuvo una vida tan ejemplar, que es venerado por la iglesia, pero la Palabra de Dios da una descripción muy diferente. La iglesia de Corinto luchaba con toda clase de conductas impías, pero Pablo los llama "los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos" (Vs.2 V.R.V.).

 

©      Santificar significa apartar del uso común para dar un uso sagrado.

En la Biblia, el Señor ha santificado días (como el día de reposo), lugares (el tabernáculo), cosas (el arca de la alianza), y personas. Un santo es simplemente una persona a quien Dios ha apartado para sus propósitos. Eso significa que todo creyente es un santo.

 

Antes de que usted fuera salvo, su posición relativa para con Dios era de enemistad (Romanos 5:10). Pero en el momento que puso su fe en Cristo como su Salvador personal, el Señor cambió su posición y le apartó para Él:

©      Usted nació de nuevo y ahora es Su hijo.

©      Dios perdonó sus pecados y le declaró justo.

Un santo no es una persona perfecta, sino alguien que tiene una relación correcta con Dios. Aunque nuestra posición de santificación no está fundamentada en la buena conducta, el Señor espera que vivamos de una manera que le honre a Él.

Dios le apartó a usted para un propósito sagrado. Eso significa que usted está aquí, no para vivir como le parezca, sino para traer gloria al Señor. Él nos llama a vivir de acuerdo con nuestra nueva posición en Cristo. Rechazar esta responsabilidad de santidad es un evidente acto de ingratitud, que entristece el corazón del Señor.

 

CONFESIÓN DE FE:

ACEPTO EL LLAMADO DE DIOS A LA SANTIDAD, PUES ESTOY SEGURO QUE ÉL ME APARTO PARA UN PROPÓSITO ESPECIAL, POR ESO ESTOY AGRADECIDO Y LISTO PARA EJERCER EL LLAMADO Y ALEGRAR SU CORAZÓN.

 

ORACIÓN:

Padre nuestro que estás en los cielos, Elohim Kedoshim, Dios Santo (Levítico 19:2). Mi Dios y mi Señor, se que Tu, El Todopoderoso, eres único, especial, singular. No hay nadie ni nada como Tú, ni nunca lo habrá, pues eres distinto de todos y de todo, eres puro, eres libre de cualquier error. Gracias quiero darte hoy mi Señor por apartarme como Santo para Tus propósitos, y es por eso que te pido que me ayudes, que me des la fortaleza para llevarlos a cabo de acuerdo a la nueva posición que Tú me has dado en Cristo Jesús, de manera que pueda servir con diligencia en Tu reino y alegrar Tu corazón. He orado en el poderoso nombre de mí amado Señor y Salvador Jesucristo. Amén.


Juan Manuel Lamus O.