BUEN TESTIMONIO 2
HECHOS 8:25-31…34-39 En cuanto a Felipe, un ángel del Señor le dijo: "Ve al sur por el camino del desierto que va de Jerusalén a Gaza". Entonces él emprendió su viaje y se encontró con el tesorero de Etiopía, un eunuco de mucha autoridad bajo el mando de Candace, la reina de Etiopía. El eunuco había ido a Jerusalén a adorar y ahora venía de regreso. Sentado en su carruaje, leía en voz alta el libro del profeta Isaías. El Espíritu Santo le dijo a Felipe: "Acércate y camina junto al carruaje". Felipe se acercó corriendo y oyó que el hombre leía al profeta Isaías. Felipe le preguntó: ¿Entiendes lo que estás leyendo? El hombre contestó: ¿Y cómo puedo entenderlo, a menos que alguien me explique? Y le rogó a Felipe que subiera al carruaje y se sentara junto a él… El eunuco le preguntó a Felipe: "Dime, ¿hablaba el profeta acerca de sí mismo o de alguien más?". Entonces, comenzando con esa misma porción de la Escritura, Felipe le habló de la Buena Noticia acerca de Jesús. Mientras iban juntos, llegaron a un lugar donde había agua, y el eunuco dijo: "¡Mira, allí hay agua! ¿Qué impide que yo sea bautizado?". Ordenó que detuvieran el carruaje, descendieron al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco nunca más volvió a verlo, pero siguió su camino con mucha alegría. Entre tanto, Felipe se encontró más al norte, en la ciudad de Azoto. Predicó la Buena Noticia allí y en cada pueblo a lo largo del camino, hasta que llegó a Cesarea. (NTV)
♥ Ejemplo de un buen testimonio de fe. (Leer Hechos 8)
Ayer mencionamos tres aspectos del testimonio personal del cristiano, hoy daremos un vistazo a un personaje bíblico que ejemplificó estas cualidades.
En el pasaje que estudiamos hoy podemos ver como Felipe llevó las Buenas Nuevas de Jesucristo a Samaria y la multitud lo escuchó con atención.
1. Carácter:Debió haber sido emocionante para él ver tan cálida receptividad al Evangelio. Pero, a pesar de esto, él demostró obediencia al Señor al cumplir de inmediato la orden de partir y llevar el mensaje a Gaza. El carácter piadoso de Felipe fue evidente por su sensibilidad al llamado del Señor y por su disposición a obedecer en el acto, sin importar el costo.
2. Conducta:También vemos que la conducta de Felipe estaba acorde con su carácter. Permitía que los principios correctos lo guiaran y sus acciones estaban en armonía con sus convicciones. De haber decidido Felipe desobedecer al Señor, o si su fe no hubiera sido genuina, su conducta habría revelado motivos contrarios a Dios y su testimonio habría carecido de valor.
3. Palabras:Ya sea que Felipe se dirigiera a grandes multitudes, o hablara con una sola persona, sus palabras apuntaban a Jesucristo. En los Vs.25-39, enseñó las Sagradas Escrituras a un viajero y lo bautizó. Felipe pensaba cuidadosamente sus palabras y se aseguraba de que ellas dirigieran a otros al Salvador.
Felipe es ejemplo de un creyente que confiaba en Cristo, sin importar la situación. Su fe firme y fervorosa se revelaba en la manera como testificaba con su vida. Cuando usted enfrente diferentes situaciones en el día, trate de ser como Felipe, permita que el Señor guíe su carácter, su conducta y sus palabras.
CONFESIÓN DE FE:
PERMITIRÉ EN TODA SITUACIÓN QUE SE ME PRESENTE QUE EL SEÑOR SEA QUIEN GUIE MI CARÁCTER, MI CONDUCTA Y MIS PALABRAS, ENTONCES ESTOY SEGURO QUE EL TESTIMONIO QUE DE SERÁ BUENO Y AJUSTADO A MIS CONVICCIONES.
ORACIÓN:
Padre Santo y Poderoso, Jehová Rohi, El Señor es mi Pastor (Salmo 23:1). Mi amado Rey y Señor, se que Tú eres ese Dios que nos protege, provee, guía, dirige y nos capacita, además de cuidarnos pacientemente. Hoy clamo a Ti por dirección y capacitación para estar siempre dispuesto y bien preparado, para ser testigo tuyo y llevar el mensaje de las Buenas Nuevas adonde sea que Tú quieras. Espíritu Santo de Dios te pido tu Presencia permanente y tu apoyo en tan honrosa labor a la que he sido llamado y de antemano te agradezco por el amor, la sabiduría y el conocimiento que me has dado. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!