miércoles, 16 de abril de 2014

ALEJADOS

ALEJADOS

 

LUCAS 15:20-25 Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de que me llamen tu hijo". Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: "Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado". Entonces comenzó la fiesta. (N.T.V.)

 

©      De lo que puede pasar cuando nos alejamos de Dios

Al igual que el padre del hijo pródigo, nuestro Padre Celestial no nos obligará a permanecer con Él. Si no hacemos caso a la dirección de su Santo Espíritu e insistimos en seguir la senda del pecado, Él dejará que lo hagamos.

 

Al examinar esta parábola, aprendemos lo que sucede cuando nos alejamos del plan de Dios:

1.   Nuestro compañerismo con Dios es afectado seriamente. 

El hijo rebelde no tuvo más contacto con su padre; la relación entre ellos había dejado de ser importante para ese hijo. Si nos extraviamos y hacemos de nosotros mismos una prioridad mayor que la del Señor, también experimentaremos una desconexión con nuestro Padre Celestial. Como cristianos, no podemos apartarnos de la senda sin cerrar primero nuestra mente y nuestro corazón a Dios.

2.   Nuestros recursos (de tiempo, talentos y bienes) son dilapidados. 

El hijo derrochó su dinero en cosas frívolas y terminó peor que los siervos de la casa de su padre. Dios nos ha dado dones espirituales y recursos materiales para construir su reino, y su Espíritu para guiarnos. Seguir nuestros propios planes desbarata lo que Él nos ha dado.

3.   Nuestras necesidades más grandes no son satisfechas. 

Perseguir sueños que están fuera de los propósitos de Dios, conduce a la infelicidad. Solo en Cristo podemos encontrar verdadera satisfacción (Filipenses 4:19).

 

Si vivimos alejados de Dios, nos vencerá el desaliento. Las malas decisiones pueden causar sentimientos de pesar para toda la vida, pero estos no tienen que dictar nuestro futuro. El Padre Celestial nos dará la bienvenida con gran gozo y amor si nos arrepentimos y nos volvemos a Él.

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARE CON DILIGENCIA Y ABSOLUTA CONSCIENCIA MANTENERME PEGADO DE DIOS, DE MANERA QUE NO HAYA LA MÁS MÍNIMA POSIBILIDAD DE QUE EL DESALIENTO, QUE PUEDA CAUSAR DECISIONES MAL TOMADAS, LOGRE VENCERME.

 

ORACIÓN:

Soberano Dios, Abba Padre, Fuente constante de Vida (Gálatas 4:6). Papito Lindo, Padre Amoroso y Misericordioso, hoy vengo a tu presencia a darte gracias por ser mi Padre, aquel que me ha vuelto a la vida, y que está lleno de virtudes y atributos listos para llenar mi vida plenamente. Hoy clamo a Ti, mi Señor, para que nunca venga a mí la mas mínima intención de separarme de Ti, pues cierto estoy de que separado de Ti nada puedo hacer (Juan 15:5B). Gracias mi Abba, mi Padre Celestial, por estar siempre ahí, cerca y listo para apoyarme en todo lugar y circunstancia. Amén.

 

Juan Manuel Lamus O.