jueves, 28 de mayo de 2015

 

RIENDAS

 

PROVERBIOS 16:9 El ser humano proyecta su camino, pero es el Señor quien dirige sus pasos. (N.T.V.)

 

©      Dios tiene dominio de la espera, pues Él lleva las riendas.

A nadie le gusta esperar, pero…

©      ¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué razón?

Porque esperar nos demuestra que no llevamos las riendas. Alguien o algo es quien manda.

 

Aunque podemos identificar la causa inmediata, por ejemplo, un semáforo, o la larga fila para pagar, el único que en el fondo controla nuestra espera es el Señor. Puesto que Él es Soberano sobre todo, en el cielo y en la tierra, aun nuestro tiempo y nuestra agenda están en Sus manos. Esto significa que en cada espera estamos, en realidad, esperando a Dios de una forma u otra. Es posible que usted haya pensado que la expresión "esperar en el Señor" se aplica solo a quiénes buscan dirección de Él o respuesta a una oración. Pero puede significar mucho más cuando recordamos que Él tiene control de todas nuestras circunstancias.

 

Aprender a esperar es de vital importancia, porque hasta que aprendamos a hacerlo nunca seremos capaces de andar en obediencia a Dios, tener una vida de oración auténtica o experimentar la paz del descansar en la dulce soberanía de Él. Tenemos que aprender a confiar en Su juicio, no solo en los acontecimientos importantes de nuestra vida, sino también en los triviales que nos causan irritación e impaciencia.

©      Si somos sensibles a la dirección de Dios, cada espera tiene una lección.

La próxima vez que usted enfrente un lapso de espera, recuerde que Dios quiere enseñarle paciencia, fortalecer su carácter e incrementar su fe. El Señor está más interesado en desarrollar en nosotros un carácter santo, que en permitir que la agenda que tenemos se cumpla conforme a nuestros planes.

 

CONFESIÓN DE FE:

ME DISPONDRÉ PARA QUE EL SEÑOR LLEVE LAS RIENDAS DE MI VIDA, PUES ESTOY TOTALMENTE CONVENCIDO QUE EL CAMINO POR EL QUE DECIDA ÉL LLEVARME, SERÁ MEJOR QUE CUALQUIERA QUE YO PUEDA ESCOGER.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Siloh, el Mesías (Génesis 49:10). Mi amado Dios y Señor, El Camino, La Verdad y La Vida eres Tú. Gracias quiero darte hoy mi Señor, por llevar las riendas de mi vida y no permitir así que me desvíe del camino que Tú has determinado para mí, el cual me lleva a la bendición abundante, fruto de la obediencia en la espera. Mi Señor no permitas que me aparte ni a derecha ni a izquierda, para que el esperar en Ti no sea un problema para mí, sino por el contrario el tener la seguridad del fruto esperado. Gracias espíritu Santo por tu guía y dirección, por llevar las riendas de mi vida. He orado en Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.