CONSECUENCIAS
HEBREOS 3:12-14 Procuren, hermanos, que ninguno de ustedes tenga un corazón incrédulo y perverso que lo aparte del Dios viviente. Más bien exhórtense unos a otros día tras día mientras dura ese "hoy", para que la seducción del pecado no endurezca sus conciencias. Porque sólo si mantenemos firme hasta el fin la confianza del principio, compartiremos la suerte de Cristo. (B.L.P.H.)
© Las consecuencias de deslizarse.
Deslizarse espiritualmente, alejarse de manera gradual de Dios y de su voluntad, es dejar de ir en dirección a Dios. Al igual que el bote abandonado es arrastrado por el agua, el creyente se aleja de manera lenta e indiferente de la obediencia a Dios, el estudio regular de la Biblia, la oración y la reunión con los otros cristianos.
Una vida a la deriva está fuera de la voluntad de Dios y, por tanto, es pecado. El Espíritu Santo aguijonea la conciencia del creyente y le envía el mensaje de que se ha salido del camino, pero es propenso a ignorar la advertencia. Si el cristiano justifica siempre su extravío y no reconoce su pecado, su conciencia se volverá poco a poco más insensible. Quien se vuelve indiferente al pecado, ha preparado el camino para tener una conducta cada vez más pecaminosa y sentir menos culpa.
© ¿Puede usted imaginar una situación más peligrosa?
Cuando la conciencia del creyente que ha quedado a la deriva se vuelve insensible, sus oídos espirituales también son anestesiados; la verdad no logra entrar porque la persona ha dado cabida en su mente a actitudes y filosofías equivocadas. Además, su corazón se endurece a las cosas de Dios. Al huir de testimonios en cuanto al poder, la gracia y la misericordia de Dios, evita situaciones que pudieran despertar de nuevo su conciencia y mover su espíritu al arrepentimiento. Las personas se alejan de Dios en busca de más libertad y más placer. Pero las consecuencias son un corazón endurecido, una conciencia entumecida y unos oídos sordos.
CONFESIÓN DE FE:
ES CLARO Y EVIDENTE QUE EL CREYENTE APARTADO SACRIFICA LA VIDA DE VICTORIA EN CRISTO, POR UNA EXISTENCIA CARENTE DE SATISFACCIÓN PERMANENTE. ASÍ QUE TRABAJARÉ CON DEDICACIÓN PARA QUE NADA NI NADIE PUEDAN APARTARME DE ÉL.
ORACIÓN:
Señor Jesús, Adonai, El Camino, La Verdad y La Vida (Juan 14:6). Mi amado Rey y Señor estoy plenamente convencido que Tú eres el único camino al cielo, la única fuente de verdad, y el fundamento de toda la vida. Es por eso que hoy, y más que nunca, quiero permanecer en Ti, ser un verdadero seguidor tuyo, teniendo sumo cuidado de que mi conciencia no se entumezca, mi corazón no se endurezca y mis oídos no se hagan sordos a tu Espíritu Santo, pues soy consciente que la verdadera libertad la he encontrado en Ti, entonces no puedo permitir que nada ni nadie me robe todo lo grande y maravilloso que Tú me has dado, hoy te pido que me ayudes para nunca deslizarme. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.
Juan Manuel Lamus O.