jueves, 7 de diciembre de 2023

VENDRÁ A LA CITA

 

LUCAS 2:22-32 (NTV)

Luego llegó el tiempo para la ofrenda de purificación, como exigía la ley de Moisés después del nacimiento de un niño; así que sus padres lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor. La ley del Señor dice: "Si el primer hijo de una mujer es varón, habrá que dedicarlo al Señor". Así que ellos ofrecieron el sacrificio requerido en la ley del Señor, que consistía en "un par de tórtolas o dos pichones de paloma".

En ese tiempo, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era justo y devoto, y esperaba con anhelo que llegara el Mesías y rescatara a Israel. El Espíritu Santo estaba sobre él y le había revelado que no moriría sin antes ver al Mesías del Señor. Ese día, el Espíritu lo guio al Templo. De manera que, cuando María y José llegaron para presentar al bebé Jesús ante el Señor como exigía la ley, Simeón estaba allí. Tomó al niño en sus brazos y alabó a Dios diciendo:

"Señor Soberano, permite ahora que tu siervo muera en paz, como prometiste. He visto tu salvación, la que preparaste para toda la gente. Él es una luz para revelar a Dios a las naciones, ¡y es la Gloria de tu pueblo Israel!".

 

¡¡¡El significado presente de la paciente certeza de Simeón,

de que su Rey acudiría a esa cita así fuera de manera imprevista,

hoy es parte esencial de lo que esperamos en la Navidad!!!

 

¿Cuándo fue tu última experiencia en una sala de espera?

La mayoría tenemos esas citas en el consultorio del médico o el odontólogo de turno. Por lo general el espacio es luminoso, cálido y confortable. Después de registrarse, tal vez uno puede leer una pila de revistas, ver un programa en la televisión en la pantalla de la sala de espera, navegar por las redes sociales, o simplemente mirar por la ventana para pasar el tiempo. Pero la espera es obligatoria. Nadie en la sala puede evitarla, y el retraso también puede ser más largo de lo que cualquiera hubiera deseado.

 

Hay algo en nosotros que quiere que la vida transcurra según lo previsto: nuestro horario.

☝🏼 A menudo, nuestra espera está ligada a una cita que hemos concertado.

Hemos acordado ver a tal persona a una hora determinada, pero si pasa la hora acordada, esperamos; y cuanto más esperamos, más nos agitamos.

 

☝🏼 ¿Qué pasaría si supieras que tienes una especie de cita con la persona más poderosa del universo, pero no estuviera fijada en un calendario?

👑 ¿Y si te dijeran que vas a tener una audiencia con el Rey de Reyes, pero no te dieran ni fecha ni hora, sino solo la pista de que sería en algún momento antes de tu muerte?

 

📖 Justo eso es lo que le ocurrió a Simeón: (Lucas 2:25,26 NBV)

 

En aquel tiempo había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso. Vivía con la esperanza de que Dios libertara a Israel. El Espíritu Santo estaba con él y le había hecho saber que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor.

 

💖 ¿Qué tal esa experiencia en la sala de espera?

🤷🏻 Imagínate despertar cada día preguntándote: ¿será hoy?

 

💖 Sin duda, la promesa revelada por el Espíritu Santo fue memorable y convincente.

Pero seguro que hubo momentos en los que Simeón sintió el peso de esperar a Aquel que sería la única fuente de salvación para la humanidad.

 

¿Cómo hizo para perseverar a través de la agitación que supone conocer el final de la historia, pero tener que vivir en la incertidumbre del intermedio?

 

☝🏼 Solo puedo concluir que la devoción de Simeón estaba arraigada en la persona que le presentó el plan, más que en el plan en sí.

☝🏼 Tal vez no se atrevía a opinar sobre el calendario o los detalles; tal vez era capaz de considerarlos de dominio exclusivo de la soberanía Divina.

 

💞 Simeón estaba gozosamente satisfecho de ver cómo se desarrollaba todo ante sus ojos, confiado en que el que había prometido haría exactamente lo que había dicho, en el momento perfecto y para el bien de:

 

"…todos los que con amor hayan esperado su venida".

(2 TIMOTEO 4:8)

 

CONCLUSIÓN:

💞 Qué regalo es poder ver en este tiempo la llegada de la Salvación de Dios a través de los ojos de Simeón.

👑 Quiero esperar bien, como él, lleno de seguridad de que el Rey volverá tal como prometió, pues Él siempre llega a tiempo a sus citas.

💞 Y ese día, partiremos en paz y nos uniremos a una gran nube de testigos, cara a cara con nuestra salvación: (Apocalipsis 22:3-5)

 

Ya no habrá más maldición sobre ninguna cosa,

porque allí estará el Trono de Dios y del Cordero, y sus siervos lo adorarán.

Verán su rostro y tendrán su Nombre escrito en la frente.

Allí no existirá la noche, no habrá necesidad de la luz de lámparas ni del sol,

porque el Señor Dios brillará sobre ellos. Y ellos reinarán por siempre y para siempre.

 

🎄 En esta temporada de Navidad se nos invita a considerar un tipo diferente de espera…

 

¡¡¡La anticipación de una audiencia con el Rey de Reyes!!!

 

💖 REFLEXIONA:

☝🏼 ¿De qué manera este cambio de perspectiva profundiza tu comprensión de la espera del tiempo de Dios y de sus promesas para tu vida?

☝🏼 La devoción de Simeón estaba arraigada en la Persona que tenía el plan, en lugar de centrarse únicamente en el plan en sí.

☝🏼 ¿Cómo puedes aplicar este principio en tu propia vida?

☝🏼 ¿De qué manera te brinda confianza confiar en la soberanía de Dios?

 

🎄 Feliz Temporada de Navidad 🎄

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,

y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida,

Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri