miércoles, 15 de marzo de 2017

A OJO CERRADO

 

LAMENTACIONES 3:22-24 ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana. Me digo: "El Señor es mi herencia, por lo tanto, ¡esperaré en Él!". (N.T.V.)


©  Tenemos un Dios en quien podemos confiar a ojo cerrado.

La confianza es muy valiosa en estos días, pues parece ser muy escasa. La ambición egoísta, la codicia y la búsqueda constante de ser el número uno, son demasiado frecuentes; a algunas personas, incluso, les resulta difícil confiar en sí mismas.

 

En cambio, tenemos muchas buenas razones para confiar en el Señor:

1. Él es el Único Dios verdadero. No hay nadie más como Él (2 Samuel 7:21, 22); es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos (Hebreos 13:8). Su voluntad perfecta es inmutable, por lo que nunca tenemos que preocuparnos de que haya una fluctuación en su ética o en sus valores.

2. Dios es la esencia misma de la Verdad. Él no está puesto bajo la autoridad de ninguna otra autoridad que determine si hace o no lo correcto. Por el contrario, Él es nuestro modelo de rectitud a seguir. Y porque Él es la verdad, sabemos que nunca nos engañará.

3. Él ha demostrado ser absolutamente Fiel. Como dice la Biblia: "Nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad" (Lamentaciones 3:22,23).

4. Él es digno de Confianza. Dios es digno de confianza porque tiene el control absoluto de cada situación. El Salmo 103:19 declara:

©  El Señor estableció en los cielos su Trono, y su Reino domina sobre todo. ((R.V.A.'15)

 

Nada puede impedir que el Señor haga su voluntad buena, perfecta y agradable, no importa lo difícil que pueda parecernos la situación. Nuestras vidas son evidencias de su poder y de su amor.

 

CONFESIÓN DE FE:

COMO HIJO DE DIOS, SÉ QUE PUEDO CON TODA SEGURIDAD, A OJO CERRADO, PONER MI FE Y MI CONFIANZA EN ÉL, CON PLENA CONVICCIÓN DE QUE NUNCA SERÉ DEFRAUDADO.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor Nuestro, El Shaddai, el Omnipotente Dios (Génesis 17:1). Querido Dios, te agradezco por este nuevo día que comienza, te agradezco porque puedo ver y oír la mañana de hoy, mantenme seguro y libre de todo peligro o daño.   Ayúdame a comenzar este día con una nueva actitud y con abundancia de gratitud, concédeme hacer y sacar el mejor provecho de este día y tener mi mente despejada para poder escuchar tu voz. Por favor amplía mi mente para aceptar todos los designios de tu voluntad, que entienda yo que puedo poner mi confianza en Ti a ojo cerrado, y no permitas que gima y lloriquee sobre cosas que no puedo controlar.   Y al terminar el día, perdóname por todo cuanto haya hecho, dicho o pensado que te haya ofendido. Continúa bendiciéndome de modo que pueda ser una bendición para los demás.   Mantenme fuerte de modo que pueda sostener a los débiles y mantenme en lo alto de modo que pueda tener palabras de aliento para mi prójimo. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.