jueves, 16 de febrero de 2017

ACCESO

 

APOCALIPSIS 3:17-22 Tú dices: "Soy rico, tengo todo lo que quiero, ¡no necesito nada!". Y no te das cuenta de que eres un infeliz y un miserable; eres pobre, ciego y estás desnudo. Así que te aconsejo que de Mí compres oro, un oro purificado por fuego, y entonces serás rico. Compra también ropas blancas de Mí, así no tendrás vergüenza por tu desnudez, y compra ungüento para tus ojos, para que así puedas ver. Yo corrijo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé diligente y arrepiéntete de tu indiferencia. ¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes Mi voz y abres la puerta, Yo entraré y cenaremos juntos como amigos. Todos los que salgan vencedores se sentarán conmigo en Mi trono, tal como Yo salí vencedor y me senté con mi Padre en su Trono. Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que Él dice a las iglesias. (N.T.V.)


©  Jesús, El Salvador que nos busca, démosle acceso.

Los cristianos de Laodicea se habían engañado a sí mismos creyéndose ricos y autosuficientes cuando, en realidad, su ceguera espiritual les había impedido ver su verdadera pobreza. Aunque habían "cerrado una puerta" entre ellos y Cristo, Él nunca los abandonó.


©  ¿Se puede identificar con la idea de que existe un Salvador misericordioso que busca relacionarse con usted?:

1. Él está a la puerta: Jesús toma la iniciativa. Él está listo y dispuesto a buscarnos, incluso si hemos levantado una barrera.

2. Llama a la puerta: Trata de captar nuestra atención por varios medios: circunstancias, necesidades, sufrimiento, pruebas, convicción de pecado, noches de insomnio o su Palabra. Luego espera pacientemente que respondamos.

3. Nos invita a abrir la puerta: Aunque Cristo es Omnipotente, nunca nos obliga a relacionarnos con Él. Nos permite elegir si deseamos responder o no.

4. Entra por la puerta: Si le abrimos la puerta de nuestro corazón, el Señor entrará en nuestras vidas. Por medio del Espíritu Santo morando en nosotros, participamos de la naturaleza Divina de Cristo y somos transformados a Su imagen.

5. Cena con nosotros: Ahora que ya nada se interpone entre nosotros y Cristo, podemos comenzar a disfrutar de todos los beneficios de relacionarnos con Él, y a ser alimentados y transformados por medio de su Palabra.

 

Los creyentes de Laodicea nos enseñan cuán miserables e infelices somos cuando tratamos de mantenernos alejados del Señor Jesucristo, y nuestro destino eterno se ve en entredicho.

 

CONFESIÓN DE FE:

SOLO CUANDO LE PERMITIMOS A JESÚS TENER LIBRE ACCESO A NUESTRAS VIDAS, EXPERIMENTAMOS EL GOZO DE RELACIONARNOS ESTRECHAMENTE CON ÉL, Y DE VIVIR ETERNAMENTE A SU LADO EN LA GLORIA DE DIOS.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Adonai Tsidkenu, el Señor es nuestra Justicia (Jeremías 33:16). Dios mío y Señor mío, se que  eres perfectamente justo y recto en todo lo que dices y haces, es por eso que al entrar a una relación personal contigo es lo que nos hace rectos. La rectitud salvadora última, no proviene de guardar mandamientos o hacer buenas obras, sino de tener una relación correcta contigo, Adonai Tsidkenu y de ser declarados justos por Ti, por eso quiero darte gracias hoy y darte libre acceso, no solo a mi corazón, sino a toda mi vida, para que Tú seas el Gobernador y el Salvador de ella. Gracias Soberano Dios y Rey Jesucristo por tocar a mi puerta. Amén.


Juan Manuel Lamus O.