viernes, 2 de diciembre de 2016

PERFECTO

 

GÉNESIS 17:1 Abram tenía noventa y nueve años cuando el Señor se le apareció y le dijo:

-  Yo Soy el Dios Todopoderoso; camina delante de mí y sé perfecto. (R.V.A.'15)


©  Perfecto: Maduro, completo, recto.

©  Recto: sincero de corazón, en palabra y en conducta.

¿Qué significa tener un corazón perfecto?, significa tener un deseo profundo de hacer lo bueno y complacer a Dios.

 

Dios no buscará a una persona llena de dones o talentos para usarla o para ascenderla, lo hará con aquellos que tengan la disposición y el amor de hacer lo que ha sido llamado para hacer. He oído decir, que Dios busca gente ordinaria para hacer cosas extraordinarias, es decir gente imperfecta, con un corazón ferviente, con un anhelo profundo de querer obedecer a Dios y su Palabra.

 

David le dijo al Señor: "Asimismo da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, y para que haga todas las cosas" (1 Crónicas.29:19). El rey David, conocía a Dios, y sabía que Él era el único que podía darle un corazón perfecto a su hijo, David no pidió primero por las cosas que Salomón tendría que hacer al gobernar al pueblo de Israel, sino antes que todo pedía un corazón con una actitud correcta para su Creador. Cuantas cosas extraordinarias sucederían en nuestra vida si tan solo nos atreviéramos a pedir un corazón perfecto para Dios, ya que, con un corazón recto e íntegro dado por Él, nuestros caminos serían rectos, las intenciones serían las correctas y tendríamos ese deseo profundo de hacer todo solo por Él y para Él. Cuando Salomón ya era viejo, su corazón no fue perfecto para Dios, no porque el Señor no le hubiera dado ese corazón, sino porque la decisión de mantenerlo en rectitud e integridad siempre será nuestra. Nunca debemos olvidar que Dios hace su parte y nosotros tendremos que hacer la nuestra. Todo lo que Dios, creo lo creo perfecto, por ejemplo, satanás que era un querubín hermoso en los cielos, fue creado a la perfección por la mano de Dios, pero él optó por la maldad en su corazón, él opto por la rebelión a su Creador (Ezequiel 28:15). Su Palabra es perfecta, es decir, sin error, completa, no le hace falta nada, ella es suficiente para convertir nuestras almas de amar el pecado, hacia el aborrecimiento del mismo, y no solo eso, sino que nos hace sabios, inteligentes, nos llena de conocimiento y verdad (Salmo 19:7).

 

Cuanto tiempo ocupamos en la lectura de otros libros, que no son la Biblia, o quizás en la T.V. o en internet, perdiéndonos la oportunidad de poder ser llenos de su aliento, de sus pensamientos, de su voluntad. Una de las formas de mantener una conciencia sensible es por medio del pronto arrepentimiento, cuando Dios nos llama la atención y reconocemos la falta sin presentar excusas, pero cuando osamos razonar y nos llenamos de justificación delante de su presencia, se va formando un callo en nuestra conciencia formando así dureza en nuestro corazón, por lo que sentir arrepentimiento puede ser más difícil cada vez que volvemos a pecar. Un corazón perfecto se confecciona día a día, siempre he tenido la certeza que al final de cada día nuestro amado Señor no verá cuánto fallamos, sino cuánto luchamos para mantenernos firmes alzando la bandera de Cristo. La palabra nos guía, nos insta a que nuestra medida, nuestra estatura, nuestra meta, sea llegar a ser perfecto, maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de nuestro Señor Jesucristo.

 

CONFESIÓN DE FE:

SI ME COMPARO CON LOS HOMBRES, SIEMPRE SERÉ IMPERFECTO, PERO SI SIGO A JESÚS, ÉL ME LLEVARÁ Y ME LLENARÁ DE LA PLENITUD DE SU PERFECCIÓN, ASÍ QUE PROCURARÉ SER PERFECTO DELANTE DE ÉL.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Adonai, el Señor de señores y el Rey de reyes (Apocalipsis 17:14). Mi Dios y mi Señor, el Todopoderoso, el único perfecto que ha vivido sobre esta tierra, ese eres Tú Jesucristo. Hoy clamo a Ti para que me ayudes a buscar la perfección, es decir la madurez espiritual, a la que solo puedo llegar por medio de tus enseñanzas, de tu Palabra, de la guía del Espíritu Santo y de seguir el modelo de vida que Tú propones, para agradarte y servir en tu Reino eficazmente. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por ayudarme a ser perfecto, maduro espiritualmente. Amén.


Juan Manuel Lamus O.