PASTOR HABLA
ECLESIASTES 12:9-11 Ten en cuenta lo siguiente: el Maestro fue considerado sabio y le enseñó a la gente todo lo que sabía. Escuchó con atención muchos proverbios, los estudió y los clasificó. El Maestro se esmeró por encontrar las palabras correctas para expresar las verdades con claridad. Las palabras de los sabios son como el aguijón para el ganado: dolorosas pero necesarias. El conjunto de sus dichos es como la vara con clavos que usa el pastor para guiar a sus ovejas. (N.T.V.)
© Cuando el Predicador habla, lo que ha recibido de Dios y de parte de Él habla.
Después de mucho tiempo una señora volvió a ir a la iglesia con su hijita. Por causa de su trabajo no podía asistir a los cultos matinales; por eso fue en la noche. El pastor habló en esa ocasión acerca de la negligencia de muchos en cuánto al cumplimiento de sus deberes cristianos: No leen la Biblia, descuidan la asistencia a los cultos, no llevan el mensaje, etc. La niñita escuchaba atentamente el sermón y, cuando oyó que el pastor hablaba del descuido de muchos padres, se volvió a su madre y, confiada, le dijo:
- "¡Mamita! ¿Te habla a ti el pastor?"
Estas palabras fueron un flechazo para el corazón de la madre que permaneció callada. Esa ingenua pregunta de su propia hijita fue para ella un sermón vivo y eficaz.
Sería conveniente que también nosotros tuviésemos a alguien que nos formulara esta pregunta mientras escuchamos el sermón de nuestro pastor. Sin embargo, tantas veces escuchamos el sermón de un pastor con el fin de criticar, o para oír al orador tras el sermón, o para oír por oír, porque estamos con el reloj en la mano calculando el tiempo que tarda.
Sí, es conveniente que nos preguntemos, a veces, durante la reunión:
© ¿Te habla a ti el pastor?
O para ser más exactos preguntémonos así:
© ¿No te está hablando Dios a ti por medio del pastor?
Dios siempre habla, continuamente habla y habla de muchas maneras. Habla directo al corazón a través del hombre interior, a través de la Biblia, a través de autoridades, incluyendo el pastor en sus sermones, hasta los amigos y a través de las circunstancias de la vida.
© ¿Ya lo estás oyendo?
© ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a la Iglesia?
© ¿Qué te dijo Dios allí?
CONFESIÓN DE FE:
ESTARÉ SIEMPRE ATENTO A LA VOZ DE DIOS, SABIENDO QUE ME HARE CADA DÍA MAS SENSIBLE A ELLA CUANDO DEJO DE SER UN OIDOR OLVIDADIZO.
ORACIÓN:
Señor Jesús, El Buen Pastor, el Verbo hecho carne (Juan 1:1). Soberano Dios, en tu palabra nos hablas permanentemente y en ella has dicho que la fe viene por el oír y oír la Palabra de Dios, también dices: "Escucha las palabras de los sabios; aplica tu corazón a mi enseñanza. Pues es bueno guardar estos dichos en tu corazón y tenerlos siempre a flor de labios. Yo te enseño hoy, sí, a ti, para que confíes en el Señor" (Proverbios 22:17-19). Por tanto, quiero hoy darte muchas gracias por hablar a mis oídos y enseñarme también a escuchar a aquellos que Tú has enviado para instruirme y guiarme. Gracias Espíritu Santo por tu guía, dirección y consuelo. Amén.
Juan Manuel Lamus O.