miércoles, 9 de febrero de 2022

¿VACÍO O SATISFECHO?

 

JUAN 4:10-18 Jesús contestó:

-       Si tan solo supieras el regalo que Dios tiene para ti y con quién estás hablando, tú me pedirías a mí, y Yo te daría agua viva.

-       Pero señor, usted no tiene ni una soga ni un balde, le dijo ella, y este pozo es muy profundo. ¿De dónde va a sacar esa agua viva? Además, ¿se cree usted superior a nuestro antepasado Jacob, quien nos dio este pozo? ¿Cómo puede usted ofrecer mejor agua que la que disfrutaron él, sus hijos y sus animales?

Jesús contestó:

-       Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, pero todos los que beban del agua que Yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna.

-       Por favor, señor, le dijo la mujer, ¡deme de esa agua! Así nunca más volveré a tener sed y no tendré que venir aquí a sacar agua.

Jesús le dijo:

-       Ve y trae a tu esposo.

-       No tengo esposo, respondió la mujer.

-     Es cierto, dijo Jesús. No tienes esposo porque has tenido cinco esposos y ni siquiera estás casada con el hombre con el que ahora vives. ¡Ciertamente dijiste la verdad! (NTV)

 

De cómo pasar de una vida vacía, insatisfecha y sin propósito, a la vida plena y abundante que Dios prometió por medio de Jesucristo. (Leer Juan 4:1-26)

 

¿Alguna vez se ha sentido como la mujer samaritana: insatisfecha de la vida y sedienta de amor, propósito o realización?

¿Qué le da a usted una sensación de satisfacción y propósito?

¿Su familia, trabajo, posesiones, aficiones o relaciones con otras personas?

Nada de esto está mal, pero pueden decepcionarle si no ha hecho el buscar al Señor su prioridad. (Mateo 6:33)

 

En la historia bíblica que estudiamos hoy, podemos ver que mientras el Señor Jesús estaba sentado junto a un pozo en la región de Samaria, conoció a una mujer que buscaba en vano sentirse satisfecha. Se había casado cinco veces, y lo más probable es que cada relación rota la dejara sintiéndose menos amada. Mientras hablaban, el Señor le señaló su pecado al decirle que ella estaba viviendo ahora con un hombre que no era su esposo. Él no estaba siendo cruel, sino que la estaba ayudando a reconocer que necesitaba al Salvador. Todos los intentos anteriores de llenar su vida habían sido inútiles, y ahora Él le ofrecía la única solución que de verdad satisface: ¡Él mismo!

Ofreció darle el "agua viva", que elimina la sed de quien de ella beba (Vs.10-14).

 

Vuelvo a preguntar ¿Alguna vez se ha sentido como la mujer samaritana, insatisfecha de la vida, sedienta de amor, propósito o realización?

 

Entréguese sin condición al Señor Jesucristo y permita

que Su Vida y Su Amor fluyan a través de usted…

¡¡¡Solo entonces experimentará la satisfacción que Él promete!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE EL SEÑOR JESÚS ES LA ÚNICA FUENTE DONDE PUEDO SER LLENO DE VERDADERA VIDA PLENA, AMOR, PROPÓSITO Y REALIZACIÓN, Y ES POR ESO POR LO QUE ME ENTREGO A ÉL SIN CONDICIÓN Y CON LA ABSOLUTA CONVICCIÓN DE QUE ASÍ ESTARÉ LLENO Y SATISFECHO POR SIEMPRE.

 

ORACIÓN:

Padre Santo que estás en el Cielo, El Shaddai, Dios Todopoderoso y Suficiente (Génesis 17:1). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, hoy vengo a tu presencia totalmente convencido de que Tú nutres con plenitud y satisfaces completamente todas las necesidades de nosotros tus hijos amados, los que en Ti creemos y en Ti confiamos y en Ti esperamos. Por eso quiero darte gracias hoy, mi Señor y Salvador Jesucristo, pues lo primero y que primordialmente proveíste de una manera más que satisfactoria, fue la salvación por medio de tu sacrificio en la Cruz, y de ahí en adelante, todo lo que podamos desear y necesitar, así que puedo decir con absoluta convicción, que solo Tú, mi Señor, puedes llenar y satisfacer plenamente mi vida; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri