viernes, 8 de septiembre de 2017

CITA CELESTIAL

 

2 CORINTIOS 5:6-10 Así vivimos, confiando siempre y comprendiendo que durante nuestra estancia en el cuerpo peregrinamos ausentes del Señor. Porque andamos por fe, no por vista. Pues confiamos y consideramos mejor estar ausentes del cuerpo, y estar presentes delante del Señor. Por lo tanto, estemos presentes o ausentes, nuestro anhelo es serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el Tribunal de Cristo para que cada uno reciba según lo que haya hecho por medio del cuerpo, sea bueno o malo. (R.V.A.'15)


©  De nuestra cita celestial. (Leer 2 Corintios 5:1-10)

Cada tictac del reloj nos acerca un segundo más a nuestra cita celestial con el Señor Jesús. Como seguidores de Jesucristo estaremos delante de Él un día, en el Tribunal de Cristo, para dar cuenta de nuestras vidas. En ese momento, rendiremos cuentas de nuestros actos y recibiremos recompensas según todo lo que hayamos hecho mientras estuvimos en la Tierra, sea bueno o sea malo (Vs.10).


1. No será un juicio de condenación.

En el momento que fuimos salvos, cuando aceptamos a Cristo como nuestro único Salvador, toda la culpa fue quitada de nosotros (Romanos 8:1). Al tomar nuestro lugar en la cruz, Jesús llevó nuestros pecados y experimentó la ira de Dios contra nuestra iniquidad (1 Pedro 2:24). Como resultado, el castigo por nuestro pecado ha sido pagado en su totalidad.

2. Será un podio para recompensas.

Cuando estemos de pie delante de nuestro Señor, Él mirará cuáles de nuestras decisiones estuvieron en consonancia con su voluntad. Cada acto de servicio obediente, ya sea grande o pequeño, será recordado y recompensado. Al mismo tiempo, tengo la convicción de que habrá quebranto y lágrimas cuando nuestra maldad e indiferencia sean consideradas.

 

La Palabra de Dios en Colosenses 3:2-12 nos da una imagen de lo que debemos ser y de cómo quiere el Señor que vivamos hasta que lleguemos a nuestra cita celestial, al Tribunal de Cristo. Puesto que el Señor nos hace responsables de nuestros actos, es impostergable que sustituyamos conductas impías por justas.

 

CONFESIÓN DE FE:

ANTES DE TOMAR CUALQUIER DECISIÓN, BUSCARÉ DIRECCIÓN BÍBLICA Y BUENA ORIENTACIÓN ESPIRITUAL; Y MEDITARÉ DESPUÉS EN QUÉ DECISIONES DEBO TOMAR PARA AGRADAR A DIOS. ADEMÁS, OBTENDRÉ MIS BUENAS RECOMPENSAS EN EL TRIBUNAL DE CRISTO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Kedoshim, Dios santo (Josué 24:19). Amado Dios y señor nuestro, El Todopoderoso, eres único, especial, singular. No hay nadie ni nada como tú, ni nunca lo habrá, eres distinto de todos y de todo, eres puro y libre de cualquier error. Es por eso por lo que hoy vengo a tu Presencia en busca de esa misma santidad tuya, pero no esa santidad religiosa que erradamente creemos que debemos proyectar, sino aquella que Tú mismo, mi señor Jesús, nos has modelado, aquella que busca agradarte a Ti, Padre Celestial. Hoy te pido que la pueda hallar revelada en tu Palabra para que ella misma se haga realidad en mi vida y pueda ir a mi cita celestial con la frente en alto, después de seguir con valentía y responsabilidad la dirección bíblica y espiritual que Tú has provisto para mí, y así recibir las recompensas correspondientes, tanto en la Tierra como en el Cielo. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.