GETSEMANÍ
MATEO 26:36-40 Entonces Jesús fue con ellos al huerto de olivos llamado Getsemaní y dijo: "Siéntense aquí mientras voy allí para orar". Se llevó a Pedro y a los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y comenzó a afligirse y angustiarse. Les dijo: "Mi alma está destrozada de tanta tristeza, hasta el punto de la muerte. Quédense aquí y velen conmigo". Él se adelantó un poco más y se inclinó rostro en tierra mientras oraba: "¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía". Luego volvió a los discípulos y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro: "¿No pudieron velar conmigo ni siquiera una hora? Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil". (N.T.V.)
© Lecciones que aprendemos en Getsemaní.
© ¿Cuando usted está sufriendo acude a la Palabra de Dios?
Ella es la única fuente con la que podemos contar para recibir vida, esperanza y promesa en situaciones que, de lo contrario, serían desesperantes.
Los preceptos bíblicos ilustran cómo lidiar con las pruebas y cómo no hacerlo. Cuando respondemos como el Señor quiere, la dificultad que amenazaba con causarnos daño, realmente enriquece nuestro carácter y nos permite hacer grandes cosas para Él.
Creo que el sufrimiento más intenso fue el de Jesús en el huerto de Getsemaní:
1. Cristo sabía que, al cargar con nuestro pecado, iba a sufrir no sólo una crucifixión espantosa, sino también toda la ira de Dios.
2. Pero más terrible aun, es que estaría separado de su Padre por primera y única vez. Eso es algo que ningún otro hijo de Dios tendrá jamás que soportar, porque la agonía de Jesús logró la redención de la humanidad. Por eso, sabemos que en cualquier prueba que enfrentemos, Dios estará a nuestro lado, apoyándonos en medio de ella.
Que la experiencia del Señor Jesús en Getsemaní le sirva de ejemplo en tiempos de dificultad. Nuestro Salvador confió plenamente en su Padre, y aceptó su voluntad. Recuerde que Dios tiene el control, y Él le pone un límite a la duración y a la intensidad del dolor. Y, aunque al Señor le duele ver sufrir a sus hijos, nos ama lo suficiente como para permitir las dificultades.
© ¿Qué prueba está usted enfrentando?
© ¿Confía en que Dios tiene el control?
CONFESIÓN DE FE:
NUESTRO PADRE CELESTIAL PERMITE EL DOLOR PORQUE NOS AMA Y SABE LOS CAMBIOS NECESARIOS QUE EL DOLOR PRODUCIRÁ EN NUESTRA VIDA. ÉL NO ESCATIMARÁ NINGUNA EXPERIENCIA, ESFUERZO O DOLOR PARA CONFORMARNOS A LA IMAGEN DE SU HIJO.
ORACIÓN:
Padre Santo y Confiable, El Emunah, el Dios Fiel (Deuteronomio 32:4). El Fuerte, Tu mi amado Señor, eres completamente confiable. Uno puede confiar en Ti completamente, en esta vida y en el destino eterno. Por eso hoy puedo decir que proclamaré el nombre del Señor; ¡qué glorioso es nuestro Dios! Él es la Roca, sus obras son perfectas. Todo lo que hace es justo e imparcial. Él es Dios fiel, nunca actúa mal; ¡qué justo y recto es Él! Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tus enseñanzas en el huerto de Getsemaní. Amén.
Juan Manuel Lamus O.