viernes, 4 de noviembre de 2022

NIÑEZ E INSTRUCCIÓN

 

DEUTERONOMIO 11:18-21 Por lo tanto, comprométete de todo corazón a cumplir estas Palabras que te doy. Átalas a tus manos y llévalas sobre la frente para recordarlas. Enséñalas a tus hijos. Habla de ellas en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Escríbelas en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad para que, mientras el Cielo esté sobre la Tierra, tú y tus hijos prosperen en la tierra que el Señor juró dar a tus antepasados. (NTV)

 

De la edad de la rendición de cuentas, en concordancia con la niñez espiritual y la inocencia natural que sugiere mucha instrucción y disciplina.

 

He sostenido una interesante, pero también recurrente conversación con jóvenes madres y padres primerizos, inquietos por la educación de sus hijos en los primeros pasos, me han comentado con asombro:

🤷🏻 "Es difícil creer que nacen con una naturaleza pecaminosa".

A veces no están de acuerdo, y a veces pienso que sería mejor no discutir el asunto. Pero siempre pienso que me gustaría saber si un par de años más tarde ya habrían cambiado de opinión.

 

En algún momento, todos hemos sentido el deseo de hacer cosas que sabemos que son malas. Como adultos y creyentes, hemos aprendido que ceder a la tentación es un pecado contra Dios. Pero los niños hacen lo que su naturaleza les dicte. La madre dice:

¡No toques!, pero lo hacen de todos modos. Los pequeños todavía no ven la sabiduría y el fruto de seguir las instrucciones de los padres. A los niños se les debe enseñar a reconocer la diferencia entre el bien y el mal antes de que puedan tomar la decisión sabia de hacer lo correcto. Y sucede lo mismo con los niños espirituales. En los primeros años, un niño se encuentra en un estado de inocencia. No es ni justo ni salvo, pero está a salvo de la ira de Dios; si muere, irá al Cielo. Podemos ver que ese estado de inocencia es mencionado en la Biblia (Deuteronomio 1:39; e Isaías 7:16), lo que confirma que hay un período de tiempo cuando los niños no son responsables de su conducta, igual con los espirituales, pero ambos tienen que crecer y llegar a entender que rendirán cuentas a Dios.

 

¡¡¡Los años de la inocencia, tanto natural como espiritual, son el tiempo 

para impartir a esos niños una formación Bíblica sólida y lecciones acerca de la

obediencia, para que cuando sean mayores no se aparten del camino correcto!!!

 

La edad en que un niño, tanto natural como espiritual, llega a comprender la responsabilidad moral es diferente para cada uno, pero a medida que esos niños reciben la instrucción adecuada y crecen, desarrollan la capacidad espiritual de buscar la rectitud o ceder a sabiendas al mal. (Proverbios 22:6)

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE LA INSTRUCCIÓN BÍBLICA, LA QUE DIOS QUIERE QUE RECIBA POR PARTE DE MIS PADRES ESPIRITUALES, ME LLEVARÁ A LA MADUREZ Y A ENTENDER QUE EL FRUTO SIEMPRE SE DARÁ Y ES BUENO, Y REDUNDARÁ EN BENDICIONES PARA MI VIDA, LA DE MI FAMILIA Y MI ENTORNO.

 

ORACIÓN:

Dios mío, El Deot, Dios de Todo Saber (1 Samuel 2:3). Mi amado Señor y Salvador Jesucristo, yo sé que Tú, el Todopoderoso, conoces todo y eres la fuente de la sabiduría, y que cualquier conocimiento que el hombre tenga, proviene de Ti. Es por esto por lo que nuestra victoria en las adversidades y la confusión está asegurada. Gracias quiero darte hoy por tus sabias, oportunas y permanentes instrucciones para mi vida. Hoy te ruego que me ayudes a tener eso que tuvo Josué cuando le diste la instrucción: fe para creerte, valor para obedecerte y paciencia para esperar tus tiempos; pues en Ti confío y en tu instrucción clara que siempre procurará mi madurez y la victoria para mi vida. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri