viernes, 20 de febrero de 2015

 

VALIENTES

 

1 JUAN 3:16 Conocemos lo que es el amor verdadero, porque Jesús entregó Su vida por nosotros. De manera que nosotros también tenemos que dar la vida por nuestros hermanos. (N.T.V.)

 

©      De la valentía que debemos tener para demostrar con hechos nuestro amor por la humanidad; de cómo ser valientes para cumplir la misión de Dios.

La historia señala que a principios del año 400 D.c. muchos monjes occidentales trataron de oponerse a las injusticias y crímenes de su tiempo. Símbolo de ellos es Telémaco, el monje que se lanzó a la arena en el circo romano y detuvo un combate de gladiadores. La multitud enfurecida y supuestamente cristiana, lo mató. Pero a partir de esa fecha y en respuesta a la acción de Telémaco, los combates de gladiadores fueron prohibidos por el emperador Honorio.

 

Al igual que entonces, hoy en día también necesitamos actuar con hechos que produzcan cambios profundos y duraderos. Ya sea que estemos al mando de una nación o simplemente seamos un número más para las estadísticas, somos responsables en mayor o en menor grado del bienestar de nuestra generación. Para actuar se necesitan tres cosas fundamentales:

1.   Tener esperanza.

2.   Conocer las causas de los problemas de nuestro mundo.

3.   Entregarse concienzudamente para ser parte de la solución.

 

Ningún pesimista desesperanzado ha logrado algo por la humanidad. Analizar y camuflar simplemente las consecuencias del caos humano nunca ha servido para establecer cambios a largo plazo. Y nadie, absolutamente nadie, ha logrado algo positivo entre los habitantes de este planeta permaneciendo inerte como parte del problema. Dios no envió un folleto lleno de palabras desde el cielo para hablarnos de Su gran amor. Él vino y habitó entre nosotros en la persona de Jesucristo hombre, y así también padeció, murió en la cruz y resucitó al tercer día, a fin de mostrar Su amor con hechos más que con simples palabras.

 

La conclusión, pues, es que en tiempos de catástrofes naturales, guerras, conflictos y problemas cotidianos, usted y yo actuemos con hechos que impliquen sacrificio y entrega, pues de esta manera seremos protagonistas del comienzo de un nuevo mundo. Mientras muchos pierden el tiempo en el ocio, la diversión superficial, los discursos huecos, la queja y el pecado, Jesucristo nos invita a seguir sus pasos. Entonces, al igual que el monje Telémaco en los días del Imperio Romano, lancémonos a la arena y gritemos a viva voz:

 

CONFESIÓN DE FE:

¡ES HORA DE CAMBIOS! ¡ES HORA DE ACTUAR! ¡ES HORA DE MOSTRAR NUESTRA VALENTÍA! ¡ES HORA DE DEMOSTRAR NUESTRO AMOR POR LA HUMANIDAD!

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Elohim Chasdi, Dios Benévolo y Amoroso (Salmo 51:18). Mi amado Dios y Señor, El Fuerte, eres Amable y trabajas para hacernos amables con la humanidad, la vida y sacrificio Tuyos son el ejemplo supremo de la amabilidad. Rey de reyes y Señor de señores, Dios de amor incomparable e inagotable eres Tú, y nos has modelado valentía y entrega en la cruz del calvario, y desde ese día y para siempre en el cuidado que has tenido de nosotros; por eso te pido hoy que me ayudes para que en mi sé de ese mismo fruto de valentía, al confesar que creo en Ti y sigo Tus pasos demostrando mi amor por los demás con hechos y no solo con palabras; pues creo, confieso y actúo. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por Tu valentía y amor infinitos, que me llaman y alientan a ser valiente. Amén.


Juan Manuel Lamus O.