lunes, 23 de abril de 2018

GANADORES

 

JEREMÍAS 1:4-10El Señor me dio el siguiente mensaje: 

-      Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté y te nombré mi profeta a las naciones. 

-      Oh Señor Soberano, respondí. ¡No puedo hablar por ti! ¡Soy demasiado joven!

-      No digas: "Soy demasiado joven", me contestó el Señor, porque debes ir dondequiera que te mande y decir todo lo que te diga. No le tengas miedo a la gente, porque estaré contigo y te protegeré. ¡Yo, el Señor, he hablado!

Luego el Señor extendió su mano, tocó mi boca y dijo:

-      ¡Mira, he puesto mis palabras en tu boca! Hoy te doy autoridad para que hagas frente a naciones y reinos. A algunos deberás desarraigar, derribar, destruir y derrocar; a otros deberás edificar y plantar. (NTV)

 

♥ Del gigante que tenemos dentro. No se trata de hacer o dejar de hacer, sino de ser.

Es probable que te encuentres en una situación donde te has esforzado y por más que te esfuerces no logras arrancar, en vez de ir adelante vas en retroceso, y por más que intentas la oración, el ayuno, el ir a la iglesia, el cumplir con los deberes, no ves que nada bueno suceda en tu vida. No estoy en contra de lo anterior, esas cosas son necesarias, pero no es todo, el asunto no es las cosas que hagamos, es lo que somos lo que va a definir nuestra vida. Antes de yo hacer, primeramente, debo ser. Dios me ha dado todo lo que necesito para vivir, me ha dado virtudes, me ha dado talentos y dones para que yo pueda disfrutar la vida. Lo que yo piense y las creencias que yo tengo de mí, me pueden ayudar a construir o derribar mi destino, a ser un ganador.

 

Jeremías pensaba que no sabía hablar, el se hacía auto sabotaje. 

♥ ¿Se auto sabotea usted? ¿Se ha dicho usted alguna vez "yo no sirvo para eso" o "yo nunca voy a lograrlo"? 

Muchos de nosotros vivimos auto saboteándonos, vivimos con pensamientos negativos, de fracaso y derrota, y por más que tengamos buenas intenciones de salir adelante no lo logramos ya que debemos cambiar nuestra programación y es lo que Dios hace con Jeremías, le invita a cambiar sus pensamientos, sus palabras, sus emociones y sus acciones. 

♥ ¿Qué ley gobierna tu vida? ¿Eres de lo que quieren hacer el bien y no pueden porque están cautivos? ¿Quieres hacer realmente lo que quieres? 

Para hacer realmente lo que quieres necesitas aprender a intervenir en tu lenguaje, ya que es generativo, crea realidades, cuando tenemos un lenguaje en acción, tanto el cuerpo como las emociones corresponderán al lenguaje presente. Una emoción por lo tanto tendrá una postura corporal definida y a su vez un lenguaje; de igual forma un cuerpo tendrá una emocionalidad y un lenguaje correspondiente al mismo. 

♥ ¿Por qué será que nuestra tendencia es bajar la cabeza y mirar hacia abajo cuando estamos deprimidos? Busca siempre mirar hacia arriba y tu perspectiva de la vida cambiará.

 

Esto es lo que hace Dios con Jeremías al recordarle: "No temas…" "Te he puesto en este día…" "No te vencerán…Yo estoy contigo". Dios intervino sobre sus emociones y su estado de ánimo, hizo que Jeremías creciera en confianza, y a medida de su crecimiento y de su caminar los obstáculos se disolverían. Al igual que Jeremías Dios está contigo como poderoso gigante. Puedes ver que el éxito de Jeremías no dependía de circunstancias externas, vino de adentro, de su ser interno, lo que significa que cualquiera puede tenerlo.  El éxito en tu matrimonio, en tus negocios, en tu ministerio, en tu vida viene de adentro, no es de las cosas que hagas, es de lo que tú eres. 

♥ Tú tienes el ADN de Dios y la sangre de un ganador. 

 

CONFESIÓN DE FE:

SE QUE CON MI MENTE LLENA DE DUDAS NO PODRE CONCENTRARME EN LA VICTORIA, ACTUARE COMO UN GANADOR EMOCIONAL Y CORPORALMENTE, CONFIADO SOLAMENTE EN DIOS QUIEN ME HA PROVISTO SU ADN.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Gibor, Dios Todopoderoso (Isaias 9:6). Dios y Señor mío tú me has dado la fortaleza y la entereza suficientes para ser un ganador al lado de ese poderoso gigante que Tú eres, y que has imprimido en mi espíritu. Gracias quiero darte hoy por la victoria, única, definitiva y permanente de tu amado hijo Jesucristo en la cruz del calvario, por medio de la cual nos has hecho a nosotros juntamente con El, más que vencedores, unos verdaderos ganadores en este mundo y ante los enemigos que se nos enfrentan día a día, gracias por tu lucha permanente en pos de que, nosotros tus hijos, tengamos una vida digna y podamos así decidir ser felices por siempre. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo, me esforzare más y seré mas valiente, para crecer cada día más al lado tuyo y vencer así cualquier dificultad que se me presente, he orado en tu Poderoso Nombre. Amén.


Juan Manuel Lamus O.