viernes, 8 de diciembre de 2017

JESÚS, LA VERDADERA LUZ DEL MUNDO

 

JUAN 8:12

Jesús habló una vez más al pueblo y dijo: 

"Yo Soy la luz del mundo. 

Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida".

(N.T.V.)

 

UN CIEGO CON LUZ

Había una vez hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna, como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce, se da cuenta de que es Guido, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:

-  ¡Guido, si tú no ves!  ¿Qué haces con una lámpara en la mano?

Entonces, el ciego le responde:

-  Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria.  Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí.

 

QUE LA LUZ DE JESÚS ALUMBRE EN TI Y LA TUYA EN LOS DEMÁS

No sólo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo  uso para que otros puedan también servirse de ella.  

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.

Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil.  

Aunque muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás, a través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio y el resentimiento.

Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás, sin fijarnos si lo necesitan o no; llevar luz y no oscuridad.  

Si toda la gente encendiera una luz, la de Jesús, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad.

Todos pasamos por situaciones difíciles a veces, todos sentimos el peso del dolor en determinados momentos de nuestras vidas.  

Todos sufrimos en algunos momentos, lloramos en otros, pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca ayuda en nosotros.  

No debemos exclamar como es costumbre: "La vida es así",  llenos de rencor,  llenos de cinismo, apatía y odio.  

Por el contrario, ayudemos a los demás sembrando esperanza en ese corazón herido.  

Nuestro dolor es y fue importante, pero se minimiza si ayudamos a otros a soportarlo, si ayudamos a otro a sobrellevarlo.  

 

DEMOS LUZ

Tenemos en el corazón el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer, a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.  

Está en nosotros saber usarla.

 

¡¡¡Está en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en la oscuridad!!!

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida, y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad


      Juan Manuel Lamus O.