viernes, 26 de mayo de 2017

INFLUENCIA=MULTIPLICACIÓN

 

MATEO 5:13-16 Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo podría volver a ser salada? Ya no sirve para nada sino para ser tirada y pisada por la gente. Ustedes son la luz que alumbra al mundo. Una ciudad que está en un monte no se puede esconder. Ni se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cesto, sino sobre el candelero para que ilumine a todos en la casa. Así mismo, ustedes deben ser luz para los demás de tal manera que todos puedan ver sus buenas obras y dar honra a su Padre que está en los cielos. (P.D.T.)


©  Nuestra influencia en nuestros entornos, se convierte en un factor de multiplicación de bendiciones y del Reino. Para ejercer una influencia duradera Dios da a todos los creyentes verdadera libertad por medio de su Hijo Jesucristo.

©  ¿Desaprovecha usted esa bendición o la comparte con otros?

 

El problema es que algunas personas están tan centradas en sus propias necesidades y deseos, que no logran ejercer influencia ni siquiera en su vecino más cercano. Piense en la gente con la que usted se relaciona cada semana:

©  ¿Sabe cuántos de sus vecinos están enfermos?

©  ¿Hay personas en su iglesia que están luchando para salir adelante?

©  ¿Sabe si alguno de sus compañeros de trabajo está pasando por dificultades?

©  ¿Tiene familiares pasando problemas insospechados?

©  ¿Eres un factor de multiplicación?

Lo más probable es que haya personas a su alrededor que necesiten ayuda, pero cuando nos centramos solo en nosotros mismos limitamos nuestra capacidad de notar a esas personas, y mucho más de alcanzarlas para Cristo.

 

El Señor Jesús enseñó a sus discípulos: "Vosotros sois la sal de la tierra, pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve para más nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres" (VRV). Para que la sal siga siendo útil, debe mantener su pureza y eficacia. Del mismo modo, debemos tratar de tener una vida santa, humilde y amorosa centrada en la voluntad de Dios, no en la nuestra. Dios ha preparado buenas obras para que andemos en ellas (Efesios 2:10). Nuestra tarea es decidir hacer eso y así convertirnos en multiplicadores de bendición y del Evangelio.

©  ¿Centra usted su atención en cómo hacer más para salir adelante y tener más cosas en la vida? ¿O busca la manera de hacer más para servir a los demás?

 

CONFESIÓN DE FE:

DEL ENFOQUE DE MI CORAZÓN DEPENDERÁ QUE TENGA O NO UNA INFLUENCIA POSITIVA EN NUESTRO MUNDO. YO DECIDO SER SAL Y LUZ DEL MUNDO, Y ASÍ UN FACTOR DE MULTIPLICACIÓN DEL REINO DE DIOS.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Chaiyim, Dios Viviente (Jeremías 10:10). Dios y Señor mío, Tú estás vivo y eres el dador de vida, has creado la vida y todo lo que vive, por lo cual sé que quieres dar vida eterna y abundante. Gracias mi Señor Jesús, Luz del mundo (Juan 8:12), como dice tu Palabra, sabemos que los que te seguimos no andaremos en tinieblas, por el contrario, tendremos la luz de la vida, aquella que nos ilumina, que es lámpara a nuestros pies para no permitir que tropecemos. Pero hoy quiero pedirte para que yo sea también esa luz para aquellos que no te conocen y que necesitan de Ti, que el enfoque de mi corazón sea el correcto, el que Tú me has modelado, para que yo sea influencia positiva en las vidas de los que me rodean y un multiplicador de bendiciones y del Reino. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por ser la sal y la luz de mi vida. Amén.


Juan Manuel Lamus O.