martes, 13 de febrero de 2024

ORACIÓN & ESCUDO

 

EFESIOS 6:16 (NTV) Además de todo eso, levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo.

 

La búsqueda del Señor por medio de la oración nos dará la fortaleza necesaria para levantar el pesado escudo de la fe que detendrá los dardos de fuego del enemigo.

 

✍🏼 Historia de leyenda:

En un lejano lugar existía un pueblo que constantemente era atacado por sus enemigos quienes lanzaban flechas encendidas con fuego desde el otro lado de la colina. Tal ataque hería a sus animales, incendiaba sus casas, destruía sus cultivos y, peor aún, hería de muerte especialmente a niños, mujeres y ancianos. Estos ataques despiadados no daban tregua y el pueblo se desanimaba al no ver una posible solución.

 

Un poderoso rey al enterarse de lo que estaba pasando, decidió enviar un mensajero quien a su llegada, habló delante de todos diciendo:

-       Mi rey me ha enviado a ustedes para entregarles un arma poderosa para que puedan protegerse de las flechas encendidas de sus enemigos.

Al oír esto la gente entusiasmada comenzó a gritar de felicidad por la buena noticia, ¡Estamos salvados! decían. Entonces este mensajero les mostró un escudo que tenía en sus manos.  Al instante la gente comenzó a preguntarle:

-       ¿Somos muchos y solamente has traído uno?

Luego todos comenzaron a procurar obtener el único escudo, pero para su sorpresa era tan pesado, que no podían ni siquiera levantarlo del suelo.

-       ¿Te estás burlando de nosotros?, preguntaron al mensajero, ¿sabiendo de nuestra angustia nos has traído una falsa esperanza?, ninguno de nosotros, ni siquiera los más robustos podrían levantar un escudo tan pesado.

Al instante el mensajero replicó:

-       En la casa del rey hay más escudos, el que quiera tener uno, simplemente venga conmigo.

Muchos al oír esto se desanimaron y simplemente decidieron no ir con él creyendo que era una tarea inútil, aunque un pequeño grupo sí decidió acompañar al emisario. Al llegar al inmenso palacio el rey los recibió personalmente y les dio los escudos más grandes que tenía. Uno de ellos titubeó, pues pensó que no podría levantarlo, pero el rey le dijo:

-       No temas y sostenlo con tu brazo.

Aun dudando este valiente tomó un enorme escudo y para su sorpresa, no solo lo pudo sostener, sino que lo pudo levantar en alto. El muchacho aun atónito preguntó,

-       ¿Porque nadie de mi pueblo pudo levantarlo?

-       Porque para usar mis armas, primero debes conocerme; contestó el rey.

 

En nuestro diario vivir, somos atacados constantemente por dardos encendidos que consumen todo lo que está a su paso y al no tener protección, nuestra familia, negocio, ministerio y nuestra vida misma se encuentra expuesta a todo ataque del enemigo. Es necesario tener armas para protegernos, la Biblia, en el versículo que estudiamos hoy, nos ofrece un escudo para nuestra defensa, pero tal escudo solo puede ser usado por aquellos que buscan y conocen a Dios, pues solo confiando en Él podrás usar un arma tan poderosa, como es la fe. Bien dice la Palabra en Romanos 10:17 (NTV):

Así que la fe viene por oír, es decir, por oír la Buena Noticia acerca de Cristo.

 

¿Siente que su fe está flaqueando, que éste escudo le resulta demasiado pesado de levantar? Acérquese a Jesús, a través de la lectura de la Biblia y la oración, entonces logrará las fuerzas para levantar su propio escudo de la fe.

 

¡¡¡No se resigne a recibir los ataques el enemigo, buscando

de Cristo en oración y confiando en Él, podrá levantar el escudo de la fe,

para tener la protección que necesita para usted, su familia y sus cosas!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO DE QUE BUSCANDO DE DIOS CON SINCERIDAD PODRÉ OBTENER MUCHAS COSAS, Y ENTRE ELLAS EL PODER QUE, POR MEDIO DE LA FE EN ÉL, ME DA LA FORTALEZA PARA MANTENERME FIRME ANTE LOS ATAQUES DEL ENEMIGO, LEVANTANDO ESE ESCUDO QUE DETIENE LOS DARDOS DE FUEGO QUE LANZA CONTRA MÍ.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, Jehová Sabaot, Dios de los Ejércitos (2 Samuel 5:10). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, hoy vengo a tu presencia a darte gracias por ser mi defensor, mi protección de todo ataque del enemigo. Mi victoria y mi honor provienen solamente de Ti, mi Señor Jesús, pues Tú eres mi refugio, una roca donde ningún enemigo puede alcanzarme, y sé que ni el mismo satanás podrá contra mi si estoy en permanente comunión contigo y dirigido por Ti, y como un buen soldado del Ejército de Dios levantando el escudo de la fe; además de estar siempre vestido con toda la armadura espiritual que me has dado. Por todo esto te doy gracias y tomo la decisión de mantenerme firme para que ni el enemigo, ni nada ni nadie pueda separarme de Ti; gracias, Padre Celestial, por equiparme con la fe y la oración para la guerra. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri