lunes, 28 de junio de 2021

NECESIDADES INSATISFECHAS

 

ROMANOS 5:5-8 Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor. Cuando éramos totalmente incapaces de salvarnos, Cristo vino en el momento preciso y murió por nosotros, pecadores. Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena; pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores. (NTV)

 

El origen de las necesidades insatisfechas, que nos hacen sentir que no somos valiosos e importantes para Dios, pero la verdad es que somos sus hijos amados.

 

Las necesidades emocionales pueden ser tan agudas como las físicas. Esto se debe a que el Señor ha puesto en nosotros el deseo de sentirnos amados, aceptados y seguros. Estas necesidades son las que llevan a buscar amistades, a casarnos y, en última instancia, a una relación con Dios. Y en la raíz de todas nuestras "necesidades del corazón" está el deseo de sentirnos valorados. Sin una sólida sensación de autoestima, la persona no puede recibir con plenitud amor y aceptación, tampoco puede sentirse segura o tranquila. El hombre inseguro pone sobre su familia y sus amigos la gigantesca tarea de demostrarle su valor. De ellos, busca seguridad verbal constante y demostración de su lealtad. El problema es que ningún ser humano puede ser un recurso emocional inagotable. De manera que basar el valor en las opiniones y los actos de amor de las personas puede tener un efecto "yo-yo" en la autoestima, sube y baja, sube y baja. Además, nadie puede crear una lista apropiada de buenos conceptos sobre alguien, que pueda sustituir la fidelidad y el cuidado de Dios.

 

En la Cruz, Jesucristo dio la única medida exacta de nuestra importancia: consideró que valía la pena morir por cada persona. No podemos comprar o ganar el amor incondicional de Dios. Es nuestro al recibirlo con un corazón abierto. El sacrificio del Señor Jesús es una evidencia de que somos de valor infinito para el Soberano del universo.

 

Dios desea ser nuestro recurso emocional ilimitado; una autoestima sólida

está enraizada en el reconocimiento de quiénes somos en Cristo:

hijos amados, redimidos y santos

¡¡¡Nada cambia el sentir del Señor!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

PUEDO ESTAR SEGURO Y TOTALMENTE CONFIADO DEL AMOR DE DIOS YA QUE ES PARTE DE SU NATURALEZA, ME LO HA DADO SIN CONDICIÓN Y ME PERTENECE DESDE ANTES DE LA CREACIÓN DEL MUNDO; PARA ÉL SOY VALIOSO.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor Nuestro, El Kjesed, Dios de Amor Fiel e Inagotable (Salmo 25:6). Mi amado señor Jesucristo, el verdadero amor del Padre Celestial, manifestado en una persona eres Tú. Gracias Padre porque eres en mí, presencia de amor perpetuo. Desde mi silencio siento como mi amor te busca y se funde con el tuyo, y en este maravilloso todo y uno, la luz, la paz y la armonía nos acercan en ese amor infinitamente. Gracias, mi amado Señor y Salvador Jesucristo por tu amor sin condición, sé que no hay nada ni nadie que pueda separarnos porque soy parte de Ti, por que me valoras, por que siempre me cuidas y velas por mí con esmero, paciencia, sabiduría, perdón y misericordia. Gracias Padre Celestial por el amor hecho vida para nosotros en tu hijo amado y Señor nuestro, Jesucristo; he orado en su Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri