martes, 25 de marzo de 2014

RESCATADOS

RESCATADOS

 

SALMO 107:2-6 ¿Los ha rescatado el Señor? ¡Entonces, hablen con libertad! Cuenten a otros que Él los ha rescatado de sus enemigos. Pues ha reunido a los desterrados de muchos países, del oriente y del occidente, del norte y del sur. Algunos vagaban por el desierto, perdidos y sin hogar. Con hambre y con sed estaban a punto de morir. "¡Señor, socorro!", clamaron en medio de su dificultad, y Él los rescató de su aflicción. (N.T.V.)

 

©      No ocultemos nuestro pasado, de lo que hemos sido rescatados.

El problema con ser libre o rescatado es que debes ser librado o rescatado de algo. A menudo, ese "algo" es el resultado de elecciones pobres o errores y lógicamente no estamos muy dispuestos para hablar sobre eso. Preferimos dejar atrás esa parte de nuestra vida. Pero si no hablamos honestamente de lo que hemos sido redimidos, o rescatados, entonces la redención no es tan importante.

 

De igual manera en la interacción de Dios con nosotros. Todos hemos cometido errores, algunas personas peor que otras y algunos errores peores que otros. En esos momentos oscuros, cuando estamos sintiendo las consecuencias de nuestros errores, Dios llega, nos da una oportunidad de vivir diferente y nos rescata de ese pasado. Es común entonces, que nos encante  hablar sobre el amor de Dios y Su redención, dejando por fuera aquello de lo que Él nos ha rescatado. Pero es en la profundidad de nuestra oscuridad que la luz de Dios brilla más fuerte. En nuestra historia personal, debemos incluir la salvación radical que Dios nos trajo. No podemos temerle a vernos mal o sonar como alguien que realmente metió la pata.

©      Metimos la pata y fue precisamente allí donde Dios nos encontró y de donde nos rescató.

No sé cómo fue tu pasado. Puedo imaginar que está lleno de errores, al igual que de circunstancias desafortunadas. Puede que hayas ido a prisión o a la cárcel. Puede que hayas herido a la gente. Puede que hayas hecho cosas de las que te avergüenzas. Puede que te hayan lastimado: violado, golpeado, abandonado.

No escondas esa parte de tu pasado. Explica claramente a los demás, la profundidad de donde Dios te rescató. No minimices tu pasado, porque al hacer eso no estás contando la verdadera magnitud del amor de Dios en el presente.

 

CONFESIÓN DE FE:

NO OCULTARE MI PASADO, NO DESPERDICIARE LAS OPORTUNIDADES EN LAS QUE PUEDA DECIRLE A OTROS SOBRE QUÉ TAN PODEROSA ES LA GRACIA DE DIOS, PUES AL CONTAR MI HISTORIA A LOS DEMÁS, ELLOS OBTENDRÁN ESPERANZA PARA SUS PROPIAS CIRCUNSTANCIAS.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, El Go'el, el Redentor (Salmo 19:14). Mi amado Señor, Tu eres el artífice de mi rescate y por eso quiero darte gracias hoy. La Redención es el acontecimiento por excelencia del Nuevo Pacto que has hecho con nosotros. Tu, mi salvador Jesucristo, has sellado con tu sangre los pecados de todos los hombres y para todos los tiempos y ese mismo hecho manifiesta explícitamente para los cristianos el eje fundamental de la historia. Eres Jesús, el Redentor que nos rescata, es decir, el verdadero garante de nuestra salvación. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por haberme rescatado de mi pasado y darme a la vez, por medio del testimonio, oportunidades para que al conocerlo otros, puedan entender de tu amor y misericordia y la transformación que puedes lograr en cualquiera que a Ti acuda en busca de ser rescatado. Amén.

 

Juan Manuel Lamus O.