jueves, 22 de agosto de 2019

SOSTÉN

 

SALMO 145:1-14 Te exaltaré, mi Dios, el Rey, y bendeciré tu Nombre eternamente y para siempre. Cada día te bendeciré y alabaré tu Nombre eternamente y para siempre. Grande es el Señor y digno de suprema alabanza. Su grandeza es inescrutable. Una generación celebrará tus obras ante otra generación, y anunciará tus poderosos hechos. Hablarán del esplendor de tu gloriosa majestad, y meditaré en tus maravillas. Hablarán de la fuerza de tus portentos, y contaré tu grandeza. Manifestarán el recuerdo de tu inmensa bondad y cantarán tu justicia. Clemente y compasivo es el Señor, lento para la ira y grande en misericordia. Bueno es el Señor para con todos, y su misericordia está en todas sus obras. Todas tus obras, oh, Señor, te alabarán; y tus fieles te bendecirán. Hablarán de la Gloria de tu Reino y de tu poder, para anunciar tus proezas a los hijos del hombre y la Gloria del majestuoso esplendor de tu Reino. Tu Reino es Reino de todos los siglos, y tu dominio es de generación en generación. El Señor sostiene a todos los que caen y levanta a todos los que han sido doblegados. (RVA'15)

 

De los momentos que nos sostienen, tomados de la mano de Dios y su Palabra.

Cuando surgen las dificultades, ¿en que se enfoca usted, en el problema, en cómo le afecta, o en las consecuencias para los demás?

 

Los escritos de David lo muestran siguiendo el plan de Dios en medio de las dificultades:

La meditación en la suficiencia y hacer la voluntad del Señor.

El resultado era fortaleza y esperanza para su alma.

Enfocar la mente y el espíritu en el Señor es una disciplina muy importante para el creyente. En los Salmos, David no solamente derrama sus dificultades en el Señor, sino que también dirige su atención a Él. Dios está siempre en el centro de la meditación bíblica. Las circunstancias pueden ser avisos valiosos para meditar, si combinamos una cualidad del carácter del Señor con nuestro problema. Puesto que la relación de David con Dios se basaba en la confianza, su impulso era lidiar con las pruebas esperando la ayuda Divina y la victoria. Por ejemplo:

Su amenazador enfrentamiento con Goliat trajo a su mente el poder del Señor para liberarlo (1 Samuel 17:37).

Ante un tipo de peligro diferente, como las amenazas y persecuciones del rey Saúl, David optó por meditar en el hecho de que Dios era su refugio y su fortaleza (Salmo 91:2).

Además, al sufrir la pérdida de seres queridos, permitió que la presencia y el consuelo de Dios llenaran su corazón y su mente (1 Samuel 30:3-6).

 

Nuestro principal recurso es la Palabra de Dios. En todas sus páginas se muestran claramente el carácter, las obras y los propósitos del Señor. Cuando llegue la próxima dificultad, utilícela como una oportunidad para meditar en algún aspecto de nuestro Dios trino, esto le dará fortaleza y esperanza para sostenerle.

 

¡¡¡Dios está siempre en el centro de la meditación bíblica para sostenernos!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

CRISTO ES MI SOSTÉN, MI ROCA Y MI REFUGIO, NO TEMERÉ, ASÍ QUE YO PONDRÉ MI CONFIANZA EN ÉL, ENTONCES TENDRÉ FORTALEZA Y ESPERANZA.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, Elohim Mauzi, Dios de mi Fortaleza (Salmo 27:1). Mi amado Rey y Señor Jesucristo, Tú me das esperanza y me haces fuerte, es por eso por lo que hoy te clamo, hazme ver que puedo ser feliz a pesar de los problemas de la vida y que probablemente los pueda superar todos, aunque sea en parte, cuando la meditación de tu Palabra se hace mi herramienta. Te doy gracias, Padre Santo, por los problemas y dificultades que se me presentan cada día, pues son retos y oportunidades que me sirven de entrenamiento para enfrentar situaciones, tomar decisiones y resolver problemas, capacitándome con tu Palabra para desenvolverme mejor en la vida. Gracias, Señor Jesucristo porque me sostienes en medio de mis problemas y dificultades; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.