APRENDIZAJE
LUCAS 22:31-34 Dijo también el Señor:
- Simón, Simón, satanás ha pedido zarandear a cada uno de ustedes como si fueran trigo; pero yo he rogado en oración por ti, Simón, para que tu fe no falle, de modo que cuando te arrepientas y vuelvas a mí fortalezcas a tus hermanos. Pedro dijo:
- Señor, estoy dispuesto a ir a prisión contigo y aun a morir contigo. Jesús le respondió:
- Pedro, déjame decirte algo. Mañana por la mañana, antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces. (N.T.V.)
© El fracaso como herramienta de aprendizaje.
El discípulo Pedro fue un hombre de gran fe. Pero como sabemos, su estilo impetuoso lo llevó a veces a cometer errores humillantes. Más de una vez, este discípulo tuvo que ponerse la etiqueta de "fracasado infeliz" en vez de la de "siervo obediente".
Todos nos identificamos con esto cuando se trata de no estar a la altura de las expectativas. La obediencia a Dios es un proceso de aprendizaje y el fracaso es parte de nuestro desarrollo como siervos humildes. Cuando nos rendimos a la tentación o nos rebelamos contra Dios, nos damos cuenta de que las recompensas por el pecado son pocas, y que aun éstas son efímeras. El fracaso es una excelente herramienta de aprendizaje, como bien podría confirmar Pedro, quien por medio de ensayo y error, descubrió:
1. Que debemos ser humildes (Juan 13:5-14);
2. Que los caminos de Dios son más altos que los del mundo (Marcos 8:33);
3. Y que uno nunca debe apartar su mirada de Jesús (Mateo 14:30).
Pedro tomó muy en serio estas lecciones, y por eso vio fortalecida su fe.
© ¿No es eso Romanos 8:28 en acción?
Dios aprovechó los fracasos de Pedro como material de capacitación, porque el discípulo estaba deseoso de madurar y servir. Probablemente todos nosotros preferiríamos crecer en nuestra fe sin jamás cometer un error ante los ojos de Dios, pero no podemos negar que los traspiés son instructivos. El fracaso enseña a los creyentes que es mucho más sabio y más provechoso ser obedientes al Señor.
CONFESIÓN DE FE:
DIOS NO RECOMPENSA LA REBELDÍA NI EL PECADO, PERO BENDICE A LOS QUE OPTAN POR EL ARREPENTIMIENTO, Y ACEPTAN LA CORRECCIÓN COMO UNA HERRAMIENTA PARA EL APRENDIZAJE Y EL CRECIMIENTO.
ORACIÓN:
Señor Jesús, Jehová Rohi, Dios Pastor y Maestro (Salmo 23:1-3). Sí, mi amado Señor, Tu eres mi Pastor y mi Maestro, y nada podrá faltarme si creo en Ti y sigo con diligencia tu instrucción, pues si provees para todas nuestras necesidades yo puedo creer que provees para la más importante de todas, la sabiduría, esa que viene de lo alto y que nos llama a ser verdaderos discípulos tuyos, obedientes, sujetos que aceptamos tu instrucción y corrección como una herramienta necesaria y eficaz para el aprendizaje y el crecimiento en todas las áreas de nuestra vida, y yo la acepto hoy. He orado en el Poderoso Nombre de mi Señor Jesucristo. Amén.
Juan Manuel Lamus O.