viernes, 4 de diciembre de 2020

ALABAR

 

SALMO 103:1,2 Con todo mi corazón alabo al Señor; que todo mi ser alabe su Santo Nombre. Con todo mi corazón alabo al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios. (PDT)

SALMO 50:14-15 Haz que la gratitud sea tu sacrificio a Dios y cumple los votos que le has hecho al Altísimo. Luego llámame cuando tengas problemas, y Yo te rescataré, y tú me darás la gloria. (NTV)

 

Este tiempo de Navidad, es un tiempo perfecto para alabar al Señor.

La Biblia nos enseña que Dios reina en una atmósfera de alabanza y adoración. En su presencia vive rodeado de ángeles, que día y noche le presentan continua alabanza. Dios hace su habitación permanente aquí en la Tierra también en medio de las alabanzas que su pueblo le ofrece.

 

Así como en el Cielo existe alabanza también debe haberla en la Tierra, los únicos calificados espiritualmente para alabar y adorar al Dios vivo y verdadero, son los que le han entregado la vida a Cristo y lo han reconocido como el Salvador y Señor de sus vidas. Antes de conocer a Cristo nuestra alabanza iba dirigida a otras cosas, pero ahora se ha centralizado en Aquél que es Digno de recibirla: ¡Nuestro Dios! El cristiano fiel y obediente debe ser un practicante continuo de la alabanza. Muchos creen que sólo en la iglesia se debe cantar y alabar a Dios. La Biblia nos enseña en el pasaje que estudiamos hoy, que debemos diariamente sacrificar alabanza al Señor, es decir alabarle cuando todo nos sale bien, pero también cuando todo nos sale mal.

 

El motivo de nuestra alabanza no está centrado en mi persona o lo que

a mi me ha pasado, sino en el Señor que vive siempre reinando con poder

¡¡¡Un cántico nuevo de victoria existe en el cristiano fiel a Dios!!!

 

La alabanza es dinamita espiritual, que pulveriza las fuerzas del mal que quieren frenar la llegada de las bendiciones de Dios a nuestras vidas. En este tiempo de Navidad, puede que usted esté atravesando por dificultades, pero en vez de quejarse canalice toda su fuerza en abrir su boca para alabar a Dios por su poder y amor. Él es el único que puede sacarle del pozo de la desesperación actual en el que está viviendo.

 

Consagre en esta Navidad su boca, su lengua y palabras al Señor y empiece a alabarle y la atmósfera de su vida se verá renovada por la hermosa presencia del Espíritu Santo.

 

CONFESIÓN DE FE:

ALABO AL SEÑOR CON TODAS MIS FUERZAS, CON TODO MI SER, ALMA, CUERPO Y ESPÍRITU, EN LOS MOMENTOS MALOS Y BUENOS DE MI VIDA PORQUE ÉL ES MI DIOS. YO SOY UN ADORADOR EN ESPÍRITU Y EN VERDAD.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Tehilati, Dios de mi Alabanza (Salmo 109:1). Mi amado Dios y Señor Jesús, El Mesías, mi Señor y Salvador, eres supremamente merecedor de nuestra alabanza, el principal motivo de ella, así como de lo que hablamos y pensamos. Tú has cambiado mi lamento en baile en este día y por siempre mi Señor, entonces sacrificaré alabanza que exalte tu Glorioso Nombre. Gracias Dios mío por darme la oportunidad de alabarte y adorarte como Tú lo pides, en espíritu y en verdad, es un privilegio y el gozo de mi alma y de mi salvación; yo quiero ser un verdadero adorador por más que las circunstancias no sean las apropiadas, aparentemente. Gracias, mi Señor Jesús por levantarme en la alabanza y la adoración, hoy consagro mi boca, mi lengua y mis palabras a Ti; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri