martes, 10 de marzo de 2020

PASADO

 

SALMO 107:2,3 ¿Los ha rescatado el Señor? ¡Entonces, hablen con libertad! Cuenten a otros que Él los ha rescatado de sus enemigos. Pues ha reunido a los desterrados de muchos países, del oriente y del occidente, del norte y del sur. (NTV)

 

No ocultemos nuestro pasado. Seguramente nos alegraría estar libres, pero tal vez avergonzados de ver el rostro de quien nos libró, por lo que hicimos.

 

El problema con ser libre o redimido es que debes ser librado o redimido de algo. A menudo, ese "algo" es el resultado de elecciones pobres o errores y consecuentemente no somos rápidos para hablar sobre eso, preferimos dejar atrás esa parte de nuestra vida, pero si no hablamos honestamente de lo que hemos sido redimidos, entonces la redención no es tan importante. De igual manera en la interacción de Dios con nosotros.

 

Todos hemos cometido errores, algunas personas peor que otras

y algunos errores peores que otros, en esos momentos oscuros,

cuando estamos sintiendo las consecuencias de nuestros errores,

¡¡¡Dios llega, nos da una oportunidad de vivir diferente y nos redime de ese pasado!!!

 

Es común entonces, que nos encante hablar sobre el amor de Dios y Su redención, dejando por fuera aquello de lo que Él nos ha redimido. Pero es en la profundidad de nuestra oscuridad que la luz de Dios brilla más fuerte. En nuestra historia personal, debemos incluir la salvación radical que Dios nos trajo. No podemos temerle a vernos mal o sonar como alguien que realmente metió la pata. Metimos la pata y fue precisamente allí donde Dios nos encontró y de donde rescató. No sé cómo fue tu pasado, puedo imaginar que está lleno de errores, al igual que de circunstancias desafortunadas, puede que hayas ido a prisión o a la cárcel, puede que hayas herido a la gente, puede que hayas hecho cosas de las que te avergüenzas, puede que te hayan lastimado: violación, golpeado, abandonado. No escondas esa parte de tu pasado, explica claramente a los demás, la profundidad de donde Dios te rescató.

 

Hoy, no te escondas o huyas de oportunidades en las que puedes decirles a otros sobre qué tan poderosa es la gracia de Dios. Al contar tu historia a los demás, ellos obtendrán esperanza para sus propias circunstancias.

 

CONFESIÓN DE FE:

NO OCULTARÉ NI MINIMIZARÉ MI PASADO, PORQUE AL HACER ESO NO ESTOY CONTANDO LA VERDADERA MAGNITUD DEL AMOR QUE DIOS ME HA PRODIGADO EN EL PRESENTE, ASI QUE DARÉ TESTIMONIO DE MI LIBERACIÓN REDENCIÓN DE LOS ERRORES DEL PASADO.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor Nuestro, Jesucristo, el Góel, el Redentor, El Señor que me rescata de mi pasado (Tito 2:14). Mi amado Señor y Salvador Jesucristo, nuestro Redentor, yo se que esto describe a aquel que libera o liberta a otro de una dificultad, peligro o esclavitud del pasado, usualmente con el pago de un rescate; y sé que Tú, mi amado Jesús, eres el Supremo Redentor, quien dio Su vida en la Cruz del Calvario como rescate por nosotros, los que en Ti creemos y en Ti confiamos; con tu sangre has pagado la "fianza espiritual" para liberarnos de la ley y del pasado que nos pueda agobiar, y con tu Gracia inmensurable limpiarnos de todo pecado. Por eso hoy te digo: Gracias por tu redención mi Señor y Salvador Jesucristo; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.