lunes, 18 de julio de 2016

GRANDIOSO

 

JEREMÍAS 29:11 Pues Yo sé los planes que tengo para ustedes, dice el Señor. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza. (N.T.V.)


©  El grandioso plan de Dios para nuestras vidas: La Santificación

El Padre celestial tiene un plan grandioso para la vida de cada uno de sus hijos, y puede resumirse en la palabra: Santificación.

 

Si usted nunca ha estado seguro del significado del término, no es el único; muchas personas no tienen clara su definición. Pero los seguidores de Cristo debemos entenderlo, pues esa palabra nos define:

©  En su forma verbal el término "santificar" significa "hacer santo" o "apartar".

Por eso, cuando algo es santificado, es apartado de su uso común anterior y dedicado a propósitos sagrados. El Antiguo Testamento menciona varias cosas que el Señor santificó, entre ellas:

El séptimo día y a la tribu de Leví como sacerdotes, e incluso consagró lugares como el lugar santísimo dentro del tabernáculo (Génesis 2:3; Números 3).

 

El Padre Celestial sigue santificando a las personas en el presente. Antes de que alguien ponga su fe en el Salvador, está muerta espiritualmente y, en realidad, es enemiga de Dios (Efesios 2:1-3; Romanos 5:10). Pero en el momento que decide confiar en Jesucristo, sus pecados son borrados y es adoptado en la familia de Dios. Esa persona es apartada como un hijo de Dios, con un propósito sagrado. Esto significa que los creyentes no estamos aquí para ir tras nuestro beneficio personal, sino para servir al Señor y darle honra y gloria. Como miembros de la familia de Dios llamados a reflejar su gloria, a los creyentes se les conoce como "santos". Se nos ha dado este apelativo que comparte su raíz con santificación, no porque estemos sin pecado, sino porque vivimos una vida congruente con Aquel a quien representamos, nuestro Señor Jesucristo.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE SOY SANTO, PORQUE HE SIDO APARTADO POR DIOS PARA UN PROPÓSITO ESPECIAL Y HE SIDO CONSAGRADO PARA USOS HONROSOS COMO PARTE DE LOS PRIVILEGIOS QUE POSEO POR PERTENECER A SU FAMILIA, ENTONCES ASÍ DECIDO VIVIR MI VIDA.

 

ORACIÓN:

Padre Santo, El HaGadol, El Gran Dios (Deuteronomio 10:17). Mi amado Dios y Señor, Tú eres grande en muchas maneras, tu naturaleza, tus atributos, tus obras, tu grandeza y, por supuesto, tus planes para nosotros tus hijos, los que en Ti creemos y los que en Ti confiamos. Esos planes no solo son grandiosos, sino que podemos estar seguros que viniendo de Ti darán resultado, es decir que nosotros daremos fruto, y además reflejaremos tu gloria y te daremos honra sirviendo a nuestros semejantes, viviendo una vida de acuerdo con lo que somos, representantes de Jesucristo. Gracias Padre Celestial por tus planes grandioso para mi vida. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.